JOSEP MARIA MINGUELLA

Está Cruyff, claro. Antes puso los cimientos Kubala y después remató la obra Messi, pero… ¿Es descabellado pensar que quien llevó al Barcelona a Maradona y Messi es una de las personas más importantes de la historia del club? ¿Y si añadimos a otros tres Balones de Oro como Stoichkov, Ronaldo Nazario y Rivaldo, y a Romario, que no lo ganó porque le dio pereza? ¿Es una locura colocar a Josep Maria Minguella (Lleida, 1941), agente y mucho más, en el panteón culé? “Bueno, bueno, frena. Yo sólo hacía mi trabajo pero, aunque está feo que yo lo diga, influyente sí he sido, esa medalla la llevo”, se ríe el hoy comentarista.

Pregunta.– Fue un proto Mourinho, empezó en el Barça como intérprete.

Respuesta.– En realidad comencé como entrenador ayudante de los juveniles. Estuve así desde 1966 hasta 1970. Ese año entra Agustí Montal de presidente y trae un entrenador inglés, Vic Buckingham. Nadie en el club hablaba inglés y yo, que había estado tres veranos en Inglaterra cuando era estudiante de Derecho, di un paso al frente. Ahí cambió mi vida porque pasé del fútbol amateur al profesional.

P.– ¿Y cómo salta del banquillo a ser agente?

R.– Maradona. En 1975 Montal me ofrece irme de gerente al Hércules de Alicante. Allí quedamos cuartos en la Liga con Arsenio de entrenador, que era un fenómeno, y empecé a traer algunos jugadores argentinos. Cuando acabé esa etapa, decidí ir por mi cuenta. Como era soltero y no tenía obligaciones ni necesidades perentorias, empecé a viajar mucho a Sudamérica para ver partidos y los amigos que había hecho en el fútbol español me consultaban. Así empezó esta movida.

P.– Decía antes, “Maradona”.

R.– En el año 77, fui a ojear un jugador para el Burgos, Jorge López de Argentinos Juniors, y ese día vi por primera vez a Maradona y me enamoré.