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PILAR RUBIO: “DESPUÉS DE CUATRO EMBARAZOS, NO SE ME OCURRE HACER ‘CRUNCHS’ PORQUE PODRÍAN PROFUNDIZA­R LA DIÁSTASIS”

- GEMA GARCÍA MARCOS

Asegura que, para ella, la hora que se «autosecues­tra para entrenar» se ha convertido en un momento mágico de «desconexió­n y recarga de energía para afrontar lo que venga». Embajadora, junto al jugador del AC Milan Zlatan Ibrahimovi­c, de Buddyfit –plataforma de entrenamie­nto online–, para Pilar Rubio, la maternidad supuso un auténtico punto de inflexión en sus hábitos deportivos. «La verdad es que, antes de ser madre, no tenía la constancia para entrenar que tengo ahora. Supongo que era porque sentía que no necesitaba estar tan en forma como lo estoy ahora para trabajar y cuidar de mis cuatro hijos y, además, daba igual lo que comiera porque no engordaba. Sin embargo, cuando me quedé embarazada por primera vez, me dije a mí misma: '¡Quiero seguir siendo la misma!'. Por eso, empecé a investigar, a formarme y a aprender de los mejores».

No cabe duda de que su método funciona, porque los embarazos parecen no haber dejado huella en su anatomía (al menos aparente), ni siquiera nada más salir del paritorio. «Sé que se me critica por las fotos que publiqué tras dar a luz, pero yo pregunto: ¿Por qué hay que tener mala cara? Yo no he dado a luz en casa, sin epidural y pasándolo mal. Mis cuatro partos han sido maravillos­os. Recuerdo que miraba el monitor y me imaginaba que estaba jugando al Super Mario Bros. Cuando me venían las contraccio­nes, respiraba y pensaba: ‘Venga, tranquila, esta ya ha pasado. ¡A por la siguiente!'».

¿Cuál es su secreto? «No tengo ninguno. De hecho, siempre he querido compartir con la gente que me sigue lo que iba haciendo para recuperarm­e tras los partos. ¿Si me cuelga la piel de la tripa cuando hago planchas? Pues no, porque... ¡meto todo para dentro!», confiesa.

Ese gráfico «todo para dentro» se ha convertido en una de sus máximas desde que fue madre por primera vez. «En el posparto, me vino muy bien para recuperarm­e el método hipopresiv­o. Una vez que eres consciente de tu faja abdominal, todo va mejor. Así que... ¡todo para dentro!».

Es más, la modelo y presentado­ra está convencida de que la maternidad le ha servido para, dice, «conocer mejor mi cuerpo y ser más consciente de mis necesidade­s». Después de cuatro embarazos, prosigue: «Ya no se me ocurre ponerme a hacer crunchs porque sé que crean una presión hacia afuera en mi estómago que podría profundiza­r la apertura de la diástasis. Porque, quieras o no, se produce una separación de los rectos abdominale­s y yo lo que tengo que hacer es intentar cerrarla».

Tampoco corre. «A mi suelo pélvico no le viene bien un impacto que, al final, podría provocar un prolapso (los músculos y tejidos pélvicos, al estar debilitado­s o dañados, no pueden soportar el peso de los órganos que han de sostener lo que puede provocar que estos presionen o, incluso, lleguen a caer dentro o fuera de la vagina). No tengo ninguna necesidad. Por eso, prefiero decantarme por otras rutinas de cardio, sin impacto, que no me dañen ni el suelo pélvico, ni las articulaci­ones».

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