Todos ellos defienden, con mayor o menor intensidad, las tesis del Kremlin en la guerra de Ucrania. Sobre muchos recae de alguna forma la sospecha de que por ello reciben dinero o prebendas desde Moscú. Al coronel Baños, sus supuestos vínculos con Putin l
que soy molesto... He sido postergado. Me han condenado al ostracismo. Pero nunca dejaré de defender mis ideas. Yo no tengo un discurso A y uno B. El otro día, en la cena del Planeta, más de una persona se me acercó para pedirme que lidere una campaña en favor de la paz. Claro, te lo dicen en privado. Porque una cosa es lo que la gente dice en los programas, en las tertulias, y otra lo que de verdad piensa. Tienen miedo de que los llamen traidores».
La conversación con Pedro Baños, coronel en la reserva del Ejército de Tierra y ex jefe de Análisis Geoposimo lítico en la División de Asuntos Estratégicos y Seguridad, es directa y sin tapujos. A la yugular. Autor de bestsellers como Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial (Ariel, 2017), rozó con los dedos la Dirección de Seguridad Nacional (DSN), donde quería situarlo Pedro Sánchez.
Su nombramiento fue guillotinado por el alud de comentarios que venía realizando el propio Baños, próximos a las tesis de Vladimir Putin. Valga un botón: «No conseguimos nada provocando a Rusia. ¿Que Rusia quiere tener su área de influencia? Por supuesto. Como lo quieren Estados Unidos o China». Entrevistado por Crónica, abunda: «Siempre he abogado por un acercamiento. Si la UE estuviera junto a Rusia seríamos la gran potencia mundial. Tenemos todo de lo que ellos carecen, y viceversa. Rusia es un mercado de 150 millones de personas deseando consumir».
A Baños le persigue como estigma radioactivo la sospecha de sus nexos con Rusia. Hipérbole o realidad, sonaron alarmas en el mismí«Sé