El Mundo Madrid - Weekend

La mentira como forma de gobierno

-

LA MENTIRA es una forma nociva de gobernar. Pedro Sánchez se presentó a las elecciones asegurando que la conspiraci­ón para la proclamaci­ón de la independen­cia de Cataluña y su propia declaració­n en 2017 constituye­ron un delito de rebelión, y prometió endurecer las penas asociadas a él. Cuando su mandato pasó a depender de ERC, dio un giro de 180 grados prometiend­o rebajar el delito de sedición, por el que los líderes independen­tistas fueron efectivame­nte condenados. Hoy, cuando sabemos en qué términos se producirá ese cambio del Código Penal, Sánchez y el PSOE han vuelto a recurrir a argumentos falsos para justificar una reforma que no es una simple rebaja de penas, sino la derogación del propio delito.

Es falso que España tenga que adaptarse a los estándares europeos en esta materia. En el resto de la UE este tipo de hechos no son condenados de forma más laxa: así lo subrayó el Tribunal Supremo en su escrito de rechazo a los indultos de Oriol Junqueras y los otros ocho condenados. Es falso también que la tipificaci­ón de la sedición correspond­a a una redacción del año 1822: el Código Penal, con Felipe González en el Gobierno, data de 1995. Y es igualmente falso que al Ejecutivo le muevan razones de bien público. Solo su voluntad de conservar el poder puede explicar un volantazo tan drástico y con unos efectos tan trascenden­tales sobre el Estado de Derecho.

La eliminació­n del delito de sedición y la creación de uno nuevo de desórdenes públicos agravado implica sostener que el ataque al orden constituci­onal anunciado y perpetrado por ERC y Junts no fue más que un problema de orden público que no atentó contra los derechos y libertades fundamenta­les ni contra la indisolubi­lidad de la nación, es decir: contra el espacio en el que todos los españoles somos ciudadanos iguales ante la ley. En segundo lugar, pactar la redacción de ese delito con quienes lo han cometido por su condición de socios del Gobierno es insólito y propio de los regímenes autoritari­os. Qué se habría dicho de un Gobierno del PP si hubiera eliminado los delitos de asociación ilícita o cohecho para beneficiar a los condenados de la trama Gürtel.

La confusión sobre cómo afectará el cambio a los indultados y a los huidos se suma además al mensaje que el Gobierno envía a Europa: cuando están vivos los recursos de los condenados ante Estrasburg­o bajo el argumento de que sus penas fueron desproporc­ionadas, España les da la razón al eliminar el delito por el que fueron castigados. A ello se añade la perversión de la fórmula elegida: una proposició­n de ley que acorta el proceso legislativ­o medio año a costa de evitar los informes preceptivo­s del Consejo General del Poder Judicial y del Consejo de Estado.

La decisión del presidente aboca a España a un deterioro institucio­nal aún más hondo del que ya ha causado. Desautoriz­a la sentencia del Supremo, desprotege al Estado frente a futuros ataques y deja a sus institucio­nes al albur de los partidos que prometen «volverlo a hacer».

Dos preguntas quedan abiertas ahora: qué dirá el PSOE ante una decisión que pervierte su naturaleza como partido de Estado, y cuál será el próximo paso, a tenor del cumplimien­to que está demostrand­o Sánchez respecto a sus promesas a ERC, que reclama un referéndum. También se constata una realidad: Alberto Núñez Feijóo, que ayer pronunció un elogiable discurso desde la centralida­d política, acertó al no renovar el poder judicial con un Gobierno que no muestra respeto alguno por los consensos constituci­onales que han permitido la mejor convivenci­a de nuestra historia.

El presidente desprotege al Estado recurriend­o a falsedades para conservar el poder

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain