De la «bendición» de Yolanda Díaz a la «dictadura» de Inma Nieto
El pacto de IU y Podemos en Andalucía, espejo de Sumar, cayó entre acusaciones de deslealtad
Si la convivencia entre Podemos e Izquierda Unida en el Gobierno es más que complicada y Yolanda Díaz y Pablo Iglesias han sacado los cuchillos (por si acaso), en Andalucía las navajas hace tiempo que vuelan entre los socios de una coalición que nació con fórceps y de la que solo queda el papel en el que se firmó. Tanto que desde Podemos se refieren a espacio común de las izquierdas como la «dictadura de Inma Nieto», la dirigente de IU que fue candidata a las autonómicas y que ostenta el liderazgo conjunto. Y todo, en el fondo, señalan desde el partido morado, por el dinero. Aunque hay más.
Por Andalucía, que así llamaron a la coalición electoral en la que se integraron IU, Podemos (aunque como independientes), Más País y otras tres formaciones de izquierdas, estaba llamada a ser la punta de lanza de la plataforma con la que la vicepresidenta aspira a aglutinar a las izquierdas, una especie de experimento previo que, a la vista está, no ha salido bien. Aunque, formalmente, la alianza electoral no entraba dentro de Sumar, Díaz se involucró personalmente hasta el punto de que prestó su imagen y su apoyo público.
Más aún, sin su intervención, los continuos desencuentros durante la negociación habrían hecho imposible el pacto. El acuerdo se alcanzó tan in extremis que Podemos quedó fuera en los papeles oficiales que se presentaron en el registro electoral. Los morados fueron incluidos en las listas como independientes.
Así nació Por Andalucía, tras un camino lleno de baches que se tradujo en unos resultados electorales más que decepcionantes. Los 12 diputados que confiaban obtener quedaron en cinco: uno de IU, el de la candidata a la Presidencia, Inma Nieto; tres de Podemos, y uno de Más País para su líder en la comunidad, Esperanza Gómez.
Las tensiones y desencuentros que a punto estuvieron de torpedear la lista conjunta no sólo continuaron, sino que se multiplicaron tras el 19J y en el día a día ya en el Hospital de las Cinco Llagas, la sede del Parlamento andaluz. Podemos intentó hacer valer su mayoría de escaños (tres de los cinco) en la toma de decisiones, pero IU, con el apoyo de Más País, se hizo con el control del grupo parlamentario y de los recursos.
Un punto de inflexión fue la destitución de la diputada morada Alejandra
Durán como miembro de la Mesa del Parlamento. El golpe palaciego fue justificado desde IU y Más País por la actitud de Durán, a la que acusaron de actuar a espaldas de la coalición. Para Podemos fue toda una declaración de guerra a la que se sumaba el incumplimiento sistemático del acuerdo por el que los dos partidos mayoritarios dentro de Por Andalucía debían repartirse funciones y medios materiales y humanos.
En un principio, la guerra fue soterrada y se mantuvieron, más o menos, las formas. Pero el inicio de hostilidades a la vista de todos entre Pablo Iglesias –y la dirección de Podemos en su conjunto– y Yolanda Díaz y su entorno –incluyendo a IU– ha abierto la veda también al sur de Despeñaperros y Podemos se ha lanzado al ataque.
El candidato de Podemos Juan Antonio Delgado abrió el fuego esta semana en una rueda de prensa en la que denunció los incumplimientos del acuerdo con IU, muchos de ellos evidentes. Como que Nieto monopoliza la portavocía del grupo parlamentario, cuando el texto firmado por los dos partidos establecía turnos. Por ejemplo, y según el documento en poder de este periódico, Nieto y Delgado debían alternarse en las preguntas al presidente de la Junta, Podemos se reservaba las intervenciones en el debate sobre el estado de la comunidad e IU el de presupuestos y las comparecencias se repartían a partes iguales.
Ese mismo acuerdo fijaba que el 60% de los recursos extraparlamentarios fueran para Podemos y el 40% restante para IU. Los recursos del grupo parlamentario debían repartirse igual, incluidas las contrataciones de asesores y técnicos.
Todo el dinero, subrayan desde Podemos, se lo ha quedado IU que,
además, copa las contrataciones, cinco frente a las dos de la formación morada. Lo que se persigue, denuncian las fuentes consultadas, es «la asfixia económica» de Podemos e «impedir su visibilidad».
El origen del problema, insisten, es que con los resultados del 19J IU no tiene garantizado el dinero que necesita para su financiación. Con un solo escaño y los recursos que le corresponderían según el acuerdo de reparto «no tienen para pagar a la plantilla y la deuda que tienen con los bancos». «O hacen esto o se declaran en bancarrota», apostillan. Los «juegos del hambre», como también se refieren en Podemos a este
enfrentamiento. Desde IU –y también desde Más País– han optado por guardar silencio y no responder a las acusaciones de Podemos. La portavoz, Inma Nieto, se limita a negar que existan incumplimientos de los acuerdos y a hacer llamadas a su socio para que las diferencias se resuelvan de forma más discreta.