El euskera se impondrá hasta para los bedeles
La nueva Ley de Educación obliga a todo el personal de los colegios a utilizar el vasco
El euskera será la lengua obligatoria de comunicación entre todos los trabajadores de los colegios vascos, incluyendo al personal de limpieza, cocina y bedeles porque todos ellos forman parte del «ecosistema lingüístico» que se extiende por las aulas, pasillos, recreos y las inmediaciones del centro escolar. Más de 700 trabajadores de colegios públicos y de centros concertados deberán acelerar su formación en euskera sea cual sea su tarea para garantizarse su continuidad tanto en los colegios públicos como en los concertados que reciben financiación pública.
Un total de 550 trabajadores en centros públicos y en centros concertados deberán aprender euskera y utilizarlo tanto con el resto de los empleados como con los alumnos mientras realizan sus tareas de limpieza, mantenimiento o cocina. Una obligación impuesta por el Departamento de Educación a partir de la aprobación de la nueva
Ley de Educación que cuenta ya con un anteproyecto y que a partir de enero de 2023 será tramitada en el Parlamento Vasco.
«Ellos siguen haciendo su trabajo igual de bien, siguen limpiando igual de bien, siguen cocinando igual de bien, pero quieren saber exactamente qué futuro les espera en relación con este imparable proceso de imposición del euskera», le advirtió ayer el parlamentario de PP+Ciudadanos José Manuel Gil al consejero de Educación, Jokin Bildarratz.
Pero el nacionalista Bildarratz, que cuenta con el aval del PSOE para liderar la nueva norma educativa vasca, ya ha logrado que todos los estudiantes tengan que condicionar su formación a acreditar un conocimiento del euskera del nivel B2 con la desaparición de la elección de lengua por los padres. En este curso escolar, 43.000 alumnos estudian aún en castellano, 59.200 lo hacen en euskera con alguna asignatura en castellano y 237.000 niños y jóvenes sólo en euskera.
La Ley de Educación vasca que Bildarratz comenzó a negociar con EH Bildu en el verano de 2021 incluye los artículos 74 y 75 en los que se concreta tanto la formación del personal no docente –todos los profesores tendrán que usar el euskera– como las condiciones para un «uso ambiental del euskera».
Bildarratz explicó ayer en el Parlamento Vasco que en la actualidad hay 719 trabajadores encargados de tareas auxiliares en los colegios públicos vascos como limpieza, cocina o cuidados, de los que 171 ya cuentan con un perfil de euskera acreditado. El resto tendrán que aprender euskera y utilizarlo como «lengua de trabajo» y también en las interacciones que tengan con los alumnos tanto en el centro como en los alrededores.
«La generalización del uso del euskera conlleva la corresponsabilidad de toda la comunidad educativa», constata la norma que, según las estimaciones del Ejecutivo de Urkullu, entrará en vigor a partir del curso escolar 2023-2024 aunque algunos de sus objetivos ya se están implementando a través de decretos como el que establece un nuevo sistema de matriculación.
El colectivo de trabajadores de la educación vasca que no saben euskera se encuentran, según el parlamentario de PP+C’s, «muy preocupados» por la posibilidad de perder sus puestos de trabajo o de verse obligados a acreditar perfiles lingüísticos en euskera por encima de sus posibilidades. «Estos profesionales no entran en la educación pública ayer, son gente que lleva ya tiempo, y que cuando entraron esa exigencia no existía», recordó ayer José Manuel Gil con una reclamación que se repite también respecto a otros colectivos de la administración vasca.
Los sindicatos CCOO y UGT han denunciado durante todo 2022 la «purga lingüística» por no saber euskera que amenaza a cientos de trabajadores interinos de la administración autonómica que pretendían consolidarse al aprovechar las Ofertas de Empleo Público (OPE) activadas por el Gobierno vasco. Pero Bildarratz arrojó este viernes un jarro de agua fría a los cientos de trabajadores auxiliares en la educación. «La meta consiste en situar al mismo nivel real el uso del euskera y el castellano, y en cualquier puesto de nuestra Administración pública», constató el consejero.
La futura norma exigirá a todos los alumnos acreditar un nivel B2
«Siguen limpiando igual de bien pero quieren saber qué futuro les espera»