Macron media entre Maduro y la oposición
El presidente francés, Emmanuel Macron, ejerció ayer de anfitrión de la quinta edición del Foro por la Paz y, junto a dirigentes como el presidente argentino, Alberto Fernández, o el colombiano, Gustavo Petro, trató de impulsar el diálogo entre el Gobierno de Venezuela y la oposición, lo que le acarreó al mandatario galo algunas críticas de quienes lo consideran un modo de blanquear al chavismo. El Gobierno español se sumó a última hora al esfuerzo diplomático de Macron para que el régimen bolivariano regrese a los diálogos de México. De momento, y a expensas de los cambios de humor de Nicolás Maduro, las delegaciones gubernamental y opositora retomarán la semana que viene la mesa de trabajo en el país azteca, con la mediación de Noruega y el auspicio de la comunidad internacional, incluida Rusia.
El hijo de Chávez abandonó los encuentros en México tras la extradición desde Cabo Verde a EEUU del magnate colombiano Alex Saab, considerado su testaferro y principal operador financiero de la revolución.
«El Gobierno de España apoya la reanudación de las negociaciones y manifiesta su plena disposición para acompañar el proceso», hizo público Exteriores tras el encuentro entre el ministro José Manuel Albares y los jefes de las dos delegaciones: por el lado opositor, Gerardo
Blyde, ex alcalde de Baruta; y por el bolivariano, Jorge Rodríguez, presidente del órgano legislativo chavista y hermano de la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
La realidad es que el Gobierno español ha perdido comba desde su cambio de rumbo respecto a Venezuela. Pese a ser quien promovió el reconocimiento europeo del presidente encargado, Juan Guaidó, Pedro Sánchez decidió que su diplomacia se alejara paulatinamente de las tesis de 2019 para acercarse al chavismo. También EEUU ha mantenido negociaciones secretas con Caracas que llevaron al intercambio de prisioneros y a la liberación de dos narcosobrinos de Maduro.
Macron recibió a los jefes de las delegaciones venezolanas en compañía del presidente argentino, Alberto Fernández –quien intenta rebajar los crímenes de lesa humanidad cometidos por el chavismo, que son investigados por la Corte Penal Internacional– y del colombiano Gustavo Petro, quien propuso una amnistía general, un pacto de convivencia y el desbloqueo de activos para afianzar el diálogo. En la actualidad, según el último balance del Foro Penal, son 257 los presos políticos encarcelados en las mazmorras de Maduro. Entre ellos dos mujeres, María Auxiliadora Delgado y Ángela Expósito, y un hombre, Jorge Alayeto, con doble nacionalidad hispanovenezolana.
«Estamos ante una súbita iniciativa francesa que busca presionar en el escenario diplomático por un retorno de la negociación en México. El obstáculo en este momento es que falta la emisión por parte de EEUU de la licencia necesaria para que pueda implementarse el acuerdo humanitario que ya han preacordado el Gobierno y la oposición», certifica a EL MUNDO el politólogo Mariano de Alba, asesor del Crisis Group.
En la oposición están convencidos de que ha llegado el momento, una vez pasadas las elecciones en Estados Unidos, que favorecerá la emisión de las licencias desde Washington. Otra cuestión es hasta dónde pujará Maduro por la libertad de su amigo Saab: a su mujer, la modelo italiana Camilla Fabri (acusada por el fisco de su país de lavado de activos), la acaba de designar como defensora de derechos humanos.
Pese a la reunión de ayer en París, que terminó sin compromisos, «sólo palabras», como expresó Gustavo Petro, la Unión Europea renovó las sanciones contra los funcionarios revolucionarios acusados de conculcar los derechos humanos.
El ex presidente español Zapatero, presente ayer en la cumbre del Grupo de Puebla en Colombia, advirtió del «importantísimo momento» para el país criollo «porque se está imponiendo la idea de la paz, del diálogo, del respeto a la soberanía y de ayudar a un país en dificultades, como ellos han ayudado en el pasado y lo harán en el futuro. Puede ser Venezuela también un referente para que esos valores del diálogo y de la paz en la política sean ampliamente mayoritarios». Y quiso diferenciar entre quienes ahora apuestan por el diálogo por intereses (¿EEUU, Macron?) o por convicciones (¿Grupo de Puebla? ¿Gustavo Petro? ¿Él mismo?) en un evidente guiño a las posiciones antiestadounidenses de sus compañeros de alianza.
El Gobierno español se sumó a última hora al esfuerzo diplomático del Elíseo
Maduro abandonó el diálogo en México tras la extradición a EEUU de su testaferro