Guindos desmiente a Sánchez sobre el BCE
El vicepresidente del Eurobanco asegura que «es imposible» que Lagarde o él mismo puedan sesgar una opinión de la institución
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, rompió ayer su silencio tras los dos ataques personales que ha recibido del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una semana, y negó que él haya sesgado la opinión de su institución para dar un varapalo al Ejecutivo. En un coloquio televisado dentro del Encuentro Económico en S’Agaró y tras ser preguntado por las afirmaciones del líder socialista, De Guindos quiso recalcar «como primera consideración» que, en su opinión, «es muy importante en una sociedad abierta y libre respetar las instituciones», en claro llamamiento a Sánchez a mostrar respeto por el Eurobanco.
El presidente del Gobierno llegó a decir en La Sexta, en la noche del jueves, que el dictamen del BCE contrario a cómo está tramitando el Gobierno el impuesto a la banca, era un informe de Guindos, del que recordó que fue ministro de Mariano Rajoy y responsable del rescate bancario, la reforma laboral de 2012 y el llamado banco malo (Sareb). «Agradecemos el informe y su disponibilidad para ayudar, pero todos sabemos de dónde viene cada cual y qué intereses ha defendido cuando han tenido responsabilidades políticas», dijo irónicamente Sánchez sobre De Guindos, deslegitimando el dictamen.
«Yo respeto muchísimo las instituciones y una de las que más respeto es la presidencia del Gobierno de España», afirmó ayer el ex ministro de Economía ante el auditorio, aunque rehuyó atacar personalmente a Sánchez. Lo que sí hizo es desmentir la presentación del presidente sobre el dictamen del BCE como algo elaborado por Guindos por fines políticos. «Cuando producimos una opinión sobre cualquier panel intervienen muchas direcciones generales, incluido de forma muy importante el banco nacional, en este caso el Banco de España».
Aseguró que el dictamen sobre el impuesto español fue dirigido por el departamento legal del BCE, que elevó una propuesta al comité ejecutivo del que él forma parte junto a la presidenta, Christine Lagarde, y que tanto en esa instancia como en el consejo de gobierno formado por los 19 gobernadores de bancos centrales de la Eurozona «no hubo ninguna observación a la propuesta del staff, de los trabajadores del BCE». Y sostuvo que siempre es así: «Es imposible que la presidenta o el vicepresidente puedan influir en estas decisiones. Es un decisión colegiada e imposible intentar sesgarla».
Por otra parte, el vicepresidente del BCE auguró «meses complejos» para, entre otros, el sector financiero, en dirección contraria a la de Sánchez, que justifica el nuevo impuesto por una época de bonanza para la banca. De Guindos insistió en que los bancos deben elevar sus provisiones para protegerse de la desaceleración económica. «No podemos llegar a la situación de quedarnos cegados con lo que son los efectos a muy corto plazo. Los buenos jugadores de fútbol no miran al balón cuando van conduciendo con él, miran un poco más allá», instó el eurofuncionario español en alusión al espejismo inmediato de una mejora de rentabilidad por la subida de tipos de interés.
También dio otro aviso a los inversores: «Puede que los mercados estén infraestimando la persistencia de la inflación y, por tanto, lo que es el comportamiento de la política monetaria».