Simeone: la culpa es de ellos
lejos posible mejor, porque son incómodos», diagnostica.
Jesu es el capitán, y cuando no hace de medio centro trabaja en una fábrica de adhesivos, que hace los cromos de la Liga de los tipos que en unas horas va a tener enfrente. También está metido en política, por la Plataforma del Pueblo Soriano, que le hace oposición al actual alcalde del PSOE.
– ¿Y qué hace falta?
– Pues servicios para acabar con la despoblación.
– ¿Y eso es más fácil o más difícil que ganarle al Atleti?
– Pues yo siempre digo lo mismo, que tienen dos piernas, dos brazos y una cabeza como los demás.
En el partido más importante de la 2022-2023, el Atlético de Madrid se enfrenta hoy a la Sociedad Deportiva Almazán, un equipo soriano de Tercera con 350 socios y 150.000 euros de presupuesto. Que viene a ser lo que esta temporada lleva gastado el equipo madrileño solo en la iluminación del Metropolitano.
Es el partido más importante hasta la fecha porque en el fútbol a veces ocurre como en la vida cuando se vuelve perra: que el meollo no es tanto lo que aspiras a ganar un sábado por la noche sino lo que puedes perder. Es como cuando te enfrentabas a los exámenes en el instituto. Podías suspender Matemáticas, Física o Lengua, tus padres lo comprendían porque eran asignaturas difíciles. Pero ay si suspendías Manualidades.
Si el equipo madrileño hoy sacara nota, no pasaría nada. Pero en el improbable caso de que saliera derrotado, no podría aplazarse la decisión de cambiar de profesor, de alumnos, de clase, de instituto, de director, de libros, de ministro de educación... Y eso que el curso acaba de empezar. (...)
El equipo que antes daba miedo lo sigue dando: solo que ahora nada más que a sus aficionados.
El caso es que, desde que Carrasco fallara aquel penalti contra el Leverkusen, el Atlético de Madrid se comporta como ese borracho que camina haciendo eses y no sabe cómo regresar a casa.
El equipo ha perdido las llaves, no sabe dónde dejó el coche, va llamando la atención del vecindario, tiene a toda la familia preocupada, reincide una otra y vez, ha entrado en una espiral autodestructiva.
Un empate contra el Bayer y contra el Espanyol y tres derrotas contra el Porto, Mallorca y Cádiz. Ese es el saldo de las últimas dos semanas... Somos lo que hacemos, lo que comemos, lo que no prestamos. Y también somos lo que decimos al respecto cuando todo arde.
Simeone, antes del partido del Mallorca, cuando el partido podía ganarse y no había echado a rodar el balón: «Déjenme trabajar, tengo las ideas claras». El yo como salvador.
Simeone, después del ridículo y una vez consumada la derrota ante el equipo balear: «Ojalá vengan del Mundial con la intención de revertir la situación». El ellos –los jugadores– como culpables.
Lástima de final.