Un Picasso inmersivo y en papel
Una exposición recorre la obra del genio a través de gigantescas figuras, como los origamis que realizaba a sus hijos
«Ver, eso es lo difícil, vemos a veces, pocas veces. Miramos sin ver». La cita que dejó Pablo Picasso sirve como excusa para adentrarnos en la muestra que acaba de aterrizar en Madrid, Imagine Picasso Image Totale© Exhibition, una exposición inmersiva –la primera del artista que se puede ver aquí– que brinda una nueva oportunidad para redescubrir, a través de una mirada distinta, su diversa obra. Un recorrido para mirar y también para ver. La exhibición, creada por Annabelle Mauger –nieta del artista– y Julien Baron está comisariada por la historiadora del arte contemporáneo y destacada experta en la obra y trayectoria del pintor, Androula Michael; y diseñada por el arquitecto Rudy Ricciotti, Premio
Nacional de Arquitectura de Francia, quien ha ideado un proyecto expositivo que permite, a través de pantallas con forma de origami –inspiradas en las esculturas que Picasso solía recrear a sus hijos–, más de 200 obras esenciales del genio que se pueden ver por primera vez y de forma simultánea en Madrid.
La muestra, asentada en el Espacio 5.1 de Ifema Madrid tras pisar Lyon (Francia), Quebec y Vancouver (Canadá), Atlanta y San Francisco (EEUU) en el 50º aniversario de su muerte, permite no sólo a los más jóvenes explorar desde una perspectiva novedosa la obra del genio sino también extraer nuevas conclusiones a los visitantes más expertos, como apuntan sus impulsores. En palabras de la cocreadora de Imagine Picasso, «esta exposición inmersiva ofrece algo nuevo para cualquier público, tanto el de los aficionados a las bellas artes como el de quienes desconocían la figura de Picasso».
La muestra se presenta como una ocasión única para apreciar piezas procedentes de colecciones particulares y de algunos de los mejores museos del mundo, como el Musée Picasso de París, el Museu Picasso de Barcelona, el MoMa de Nueva York o el Museo Pushkin de Moscú. «Esta exposición esencial no presenta ni un solo original de Picasso. Lo que hace es desmitificar la relación entre la obra y su precio, mostrando la producción de Picasso como una cadena de experimentaciones sucesivas, no como eslabones sueltos. He ahí la principal virtud de la exposición», expresa el escenógrafo Rudy Ricciotti.
Imagine Picasso relata la evolución creativa del artista, dando cuenta de su genialidad y libertad creativa, desde sus inicios, los periodos azul y rosa, hasta sus obras maestras, vinculadas al cubismo y al surrealismo. De entrada, se adentra al visitante en la vida y obra de Picasso a través de nueve paneles. Y en la zona de inmersión, 217 obras son proyectadas en las paredes del espacio, de 1.400 m2, y en las figuras de origami, de hasta 10 metros de altura.
Este último espacio permite caminar por el interior de los lienzos del artista y explorarlos al detalle gracias al Image Totale©, la tecnología original en que se basan las exposiciones inmersivas, un sistema francés inventado por el periodista y fotógrafo Albert Plécy en 1977 y codesarrollado actualmente por la nieta de Picasso, Annabelle Mauger, y Julien Baron.
«Imagine Picasso presenta la magistral producción del artista bajo una luz completamente nueva, brindando una experiencia tan rompedora como complementaria de las exposiciones clásicas. No es una exposición inmersiva normal, de las que consisten en proyectar los cuadros en una pared. De lo que se trata, en este caso, es de presentar algunos de los cuadros más representativos y sentir su emoción a través del concepto de Image Totale©», señala la comisaria Androula Michael.
«Yo creo que a mi abuelo le habría gustado mucho esta exposición porque, ante todo, era un hombre de libertad. Aprendí de él a recordar sobre todo la idea del ‘¿por qué no? Porque no hay límites para la creación artística. (...) Creo que, si siguiera vivo, el mundo digital de hoy en día le habría fascinado, no sólo en su aspecto universal sino también en relación con la creatividad que puede tener cualquiera. Y sin, duda, habría explotado este medio», opina el nieto del artista, Olivier Widmaier Picasso, sobre la muestra. Y no es el único. También lo creía su biógrafo, Pierre Cabanne, quien en El siglo de Picasso cuenta que el artista ya autorizó la proyección audiovisual de sus cuadros en Les Halles Baltard en 1971, donde se mostraron una tras otra sus obras en 10 pantallas dispuestas en semicírculo.