El Congreso fuerza a Marlaska a responder por la tragedia de Melilla
Interior ofrece a los diputados visionar todas las grabaciones pero en la sede del Ministerio
El ministro del Interior no podrá ocultarse por más tiempo. Fernando Grande-Marlaska tendrá que acudir al Congreso el próximo 30 de noviembre para dar explicaciones detalladas de todo lo acontecido el 24 de junio en la valla que marca la frontera entre España y Marruecos en la ciudad de Melilla.
Aquel trágico día, un salto masivo de inmigrantes fue repelido por agentes marroquíes y españoles arrojando un saldo final de 23 víctimas mortales.
La tragedia adquirió tintes de masacre y dejó un rosario de puntos oscuros que crecieron exponencialmente después de que la BBC emitiera imágenes de lo realmente sucedido y un grupo de diputados viajara al lugar de los hechos para recabar datos de lo ocurrido.
Ahora, Grande-Marlaska tendrá que aclarar todas las lagunas en sede parlamentaria por exigencia de todas los grupos políticos, incluido el socialista. No acudirá pues al Congreso a petición propia. «Vendrá de las orejas», afirmó ayer la portavoz del PP, Cuca Gamarra.
Si el ministro no consigue convencer a los diputados se reactivará la petición de creación de una comisión de investigación en la Cámara que, esta semana, de momento, se ha frenado a la espera de la comparecencia del día 30. Unidas Podemos, los aliados independentistas y de izquierda del
Gobierno y el PNV abogan desde hace varias semanas por la comisión de investigación. El Partido Popular hasta ahora se había mostrado reticente pero ya se muestra dispuesto a apoyar la iniciativa e incluso avanza la posibilidad de acabar presentando una propia.
Los grupos parlamentarios exigen además visionar las grabaciones completas tomadas por las cámaras de la frontera, los drones y el helicóptero de las Fuerzas de Seguridad
españolas. El Ministerio, mediante una carta remitida al presidente de la Comisión de Interior, ofreció ayer la posibilidad de que un grupo de diputados pueda tener acceso a los vídeos antes de la comparecencia del ministro, en concreto el día 25, pero con la condición de que se trasladen a las dependencias del Ministerio. Un responsable de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, órgano despositario y custodio de la imágenes, acudirá con copia de las mismas y se pondrá a disposición de lo que necesiten los diputados.
Este requisito suscitó la protesta del primer partido de la oposición y de otros grupos por entender que el Congreso es quien ejerce la función de control al Ejecutivo y no al revés. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, argumentó en la Junta de Portavoces que la condición de Interior se debe a lo «delicado» del asunto y al temor por el mal uso que los diputados puedan hacer de las imágenes, según explicó Gamarra.
Desde el Partido Popular se acusa a Marlaska de estar actuando con «ocultación, obstruccionismo y falsedad» sobre lo acontecido en Melilla y exigen, como el resto de los grupos, «saber la verdad» y encontrar respuesta a todas las incógnitas. Si el ministro no satisface estas expectativas y asume su responsabilidad política en los hechos, las voces que pedirán su dimisión se elevarán muchos decibelios.
Ayer, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, apostó por «no erosionar al Gobierno aún más de lo que está» y esperar a la comparecencia del ministro. No obstante, también advirtió que el PP «procederá en consecuencia» si se acredita que «ha mentido». «Nosotros no venimos aquí a ir contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; lo que queremos es claridad y que se cuente la verdad a los ciudadanos», explicó.
Fernando GrandeMarlaska ya compareció ante el Pleno el pasado mes de septiembre, pero los grupos volvieron a solicitar su presencia tras la difusión del reportaje de la BBC que cuestiona la versión oficial sobre lo sucedido en Melilla. Una petición de la que el ministro se había zafado hasta ahora.