La primera vuelta imprescindible en el camino hacia Moncloa
Las municipales adelantan tendencias entre los grandes partidos cuando se celebran cerca de unas generales
Tendrá Feijóo que celebrar esta noche, aunque sea a los puntos, por número de votos total en las municipales, si pretende festejar también a final de año en las generales. En esa línea apuntan los precedentes, la historia de 45 años de democracia ya, con sus siempre jugosas excepciones. Pero lo usual, con nueve de los 11 precedentes como aval, es que quien vence en la lucha por los concejales replica el triunfo meses después con los diputados en juego.
En 1983, 1987 y 1991, el PSOE anticipó en las municipales sus mayorías absolutas de 1986 y de 1989 y la victoria suficiente de 1993, en una correlación muy ajustada de sus porcentajes en las citas locales y las nacionales. También en simetría, el primer Gobierno de José María Aznar, en 1996, vino precedido del éxito del PP en las municipales de mayo de 1995.
Sabe Feijóo que el PSOE no se derrumbará esta noche, pues cuenta con una estructura bien consolidada en toda España, incluidos territorios como Cataluña o País Vasco, donde los populares hoy sufren. Los socialistas, incluso en las peores circunstancias, en 1999, se quedaron a un 0,2% del PP que unos meses después tendría mayoría absoluta.
Precedentes como ese descargan algo de presión a Génova en este 28M. Si resiste Sánchez, como aquel PSOE del 99 o como ese de 2015, que, ya en clave sanchista, se situaba a sólo dos puntos del PP, no es descartable que meses después le ocurra como a Almunia con Aznar en 2000 o al propio Sánchez ante Rajoy en diciembre de 2015 y junio de 2016. El líder gallego sumó 6,7 y 10,4 puntos, respectivamente, al margen de las municipales de 2015.
A la regla de que quien gana en las municipales anticipa su éxito en las elecciones generales sólo caben tres peros, que tienen toda la excepcionalidad.
1. La UCD que venció en 1979 era un partido carcomido que, cuando llegaron las comicios de 1982, estaba en derrumbe, para gloria de Felipe González.
2. El PP que se impuso en las locales de 2007, todavía estirando la edad de oro política y organizativa de Aznar a Camps, pasando por Aguirre, andaba en realidad desnortado, con dudas sobre su proyecto nacional hasta el punto de que permitió a Zapatero un último triunfo.
Y 3. Tras las elecciones municipales de 2015, que venció por dos puntos el PP, se abrió un tiempo tan incierto que hubo tres generales hasta las siguientes municipales. Aun así, en las dos primeras se impuso Mariano Rajoy, para aseverar la histórica trascedencia y fiabilidad del voto local, pero a la tercera se doblegó ante Pedro Sánchez. Eso sí, el hoy presidente encaró las generales de abril de 2019 ya desde Moncloa, tras
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