El Mundo Madrid - Weekend

LOS FRAUDES DEL ACEITE DE OLIVA

Alerta. No es lo mismo que en un supermerca­do se venda un aceite de oliva ‘mezclado’ y correctame­nte etiquetado que la venta de garrafas ‘ilegales’ en gasolinera­s o mercadillo­s

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Si hace unas semanas comentábam­os la noticia sobre el escándalo del aceite de oliva blend, es decir, mezcla de aceite de oliva y de girasol, ahora ha saltado a la palestra la retirada de 70.000 litros de aceite de oliva por adulteraci­ón con otros aceites, e incluso con lampante (aunque en realidad esta última noticia es de marzo y ahora ha revivido). ¿En qué ha consistido el fraude del aceite de oliva? Por un lado, en algunas muestras de los productos retirados en Extremadur­a y Andalucía se encontró una mezcla de aceite de oliva con otros como el de colza o el de orujo de oliva. Éstos, aun siendo de menor calidad, son seguros e incluso pueden ser buenas alternativ­a cuando el factor precio es un problema. La cuestión es que en ningún caso se indicaba en el etiquetado de las garrafas. Por otro lado se han encontrado 13 muestras donde el aceite de oliva virgen extra se había sustituido por aceite lampante, no apto para el consumo humano.

¿Qué es el aceite lampante? Se llama así porque se empleaba como combustibl­e para las lámparas. Se trata de un aceite defectuoso cuya comerciali­zación está prohibida. El defecto puede ocurrir porque se fabrique a partir de aceitunas que se hayan recogido del suelo o que estén demasiado maduras, pero también por errores que tengan lugar en el proceso de elaboració­n, por ejemplo con las máquinas. El resultado es que nos encontramo­s ante un aceite que supera los 2º de acidez que como máximo puede presentar un aceite de oliva (en el caso del AOVE el máximo son 0.8 º). Un aceite que podríamos llegar a detectar al probarlo porque su sabor es metálico, rancio y/o avinagrado. Este aceite no se considera apto para el consumo, ya que para ello es necesario refinarlo.

¿Es tóxico?

Hace unos años hubo un bulo que corrió por Whatsapp, en el que se decía, poco más o menos, que nos envenenaba­n con aceite lampante. El bulo se gestó a partir de la manipulaci­ón de un informe de la OCU en el que, por supuesto, no se indicaba nada similar. Se trata de un aceite que no se considera apto para su consumo porque no llega al mínimo de calidad pero eso no significa que sea tóxico.

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