El Mundo Madrid - Weekend

Dos maneras de soñar con la absoluta

La posible mayoría de Ayuso será clave para Almeida. Ambos confían en gobernar sin Vox, mientras la izquierda se aferra a un milagro

- CARLOS GUISASOLA PABLO. R. ROCES

El viernes por la tarde, en el Auditorio del Palacio Municipal de Congresos de Ifema, los dos aspirantes del Partido Popular, Ayuso y Almeida, ondeaban por última vez la bandera que les ha acompañado durante la campaña. La del antisanchi­smo. Lo hacían subiendo aún más el tono frente a Pedro Sánchez. «Ha cambiado papeletas por papelinas», fue uno de los últimos zarpazos de la presidenta de la Comunidad, ante el delirio general. Incluido el de Núñez Feijóo, que tendrá que sacar sus conclusion­es de lo que decidan las urnas, convertida­s en Génova como un primer plebiscito a Sánchez. El segundo, el definitivo, será en diciembre. Lo que insinúan los sondeos, para deleite de Feijóo, son dos victorias con cierto aroma de absoluta. Más en la región que en la capital.

Y es que esas dos palabras, las de mayoría absoluta, retumban por encima del resto en la Puerta del Sol. A eso aspira Ayuso, para repetir Gobierno en solitario, en este caso sin el condiciona­nte de Vox, y para mantenerse en lo alto de la cadena de mando interna en el partido donde ya está el andaluz Juanma Moreno. Y buena parte de esas opciones dependen de un tercero, Unidas Podemos, cuya presencia en la Asamblea, que se jugará en un exiguo margen, dificultar­ía la tarea para los populares. Si los morados se quedan fuera, la absoluta estaría casi en las manos de la dirigente autonómica.

La mayoría permitiría que la presidenta regional no dependiera de Vox, su socio preferenci­al en esta legislatur­a y con quien los populares rompieron en el tramo final. De hecho, en Sol no quieren ni oír hablar de la posibilida­d de que Rocío Monasterio y alguno de sus diputados formen parte del Gobierno.

«Bastante tuvimos ya con la experienci­a de Ciudadanos durante dos años. Nuestra aspiración es gobernar en solitario para llevar adelante nuestro proyecto», apunta un cargo del partido. El plan de la formación de derecha radical, si finalmente es determinan­te en la Asamblea, es tener presencia en el Ejecutivo «si los madrileños lo respaldan con sus votos». «Queremos capacidad de gestión, no representa­ción institucio­nal», apuntan fuentes del partido.

El segundo frente electoral en la Comunidad de Madrid está en el flanco de la izquierda, donde el PSOE aspira a revertir el sorpasso de Más Madrid el pasado 4-M, en la primera experienci­a regional de Juan Lobato. Mónica García, sin embargo, cuenta con mantenerse como líder de la oposición. Aunque en ambos partidos se alude a un pacto de no agresión entre integrante­s del bloque progresist­a, las referencia­s de lado a lado han sido constantes durante la campaña, que ha contado también con un considerab­le enfoque nacional. El desembarco de ministros (Bolaños acudió al último mitin en Coslada) y del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido continuado en los socialista­s para tratar de reflotarlo­s. En Más Madrid, el factor nacional lo ha marcado Yolanda Díaz.

En Cibeles se relamían cautelosos con ese último tracking electoral del viernes. La muestra dibujaba un escenario casi idílico, con una horquilla de 28-30 concejales para Almeida. «28 estaría muy bien, pero siempre hay que esperar al tiempo de descuento», sugerían fuentes populares, confiando en que un último empujón, con el viento de cola de Ayuso, les sirviera una mayoría absoluta casi utópica hace un año.

La sombra de Ortega Smith, que viene navegando en las encuestas sobre una balsa casi inamovible de cuatro ediles (uno más en 2019), quedaría en una simple anécdota con esa primera absoluta del PP desde 2011, a lomos de Gallardón (31). «No queremos tener las manos atadas», repiten fuentes del PP. Sería, además, la primera victoria de Almeida, que ha gobernado con Cs, junto a Villacís, durante cuatro años. La experienci­a, a diferencia de lo ocurrido en la región, ha sido positiva. El destino de la formación naranja parece trágico.

La izquierda no pierde la esperanza, como demostraro­n Más Madrid y el PSOE en sus cierres de campaña. Maroto y Rita Maestre, que se agarró finalmente del brazo de Carmena, llegan al 28-M con un empate técnico de 11 concejales, y Podemos llamando a la puerta. Recuperar el Consistori­o parece lejos de su alcance.

El PP aspira a no tener a Monasterio y Ortega Smith como socios

«Siempre hay que esperar al tiempo de descuento», dicen en Cibeles

El PSOE ha tirado de ministros y Más Madrid, de Manuela Carmena

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