El Mundo Madrid

El paro de los camioneros no aguanta ni dos días

- F. CEREZO

Por mucho que amenazase con «unas Navidades muy oscuras» si no se atendían sus demandas, la plataforma de camioneros autónomos y de pymes que había convocado una nueva oleada de paros era consciente de su fracaso el mismo lunes. Y antes del mediodía de ayer, cuando marchaban camino de otro día todavía más gris, su directiva decidió no seguir adelante.

«Desde este momento, queda suspendido el paro indefinido que comenzó ayer» rezaba un comunicado en el que se quejaban del acoso y desprestig­io a los que habían estado sometidos. Desde que hicieron el anuncio y una vez que comenzaron las movilizaci­ones.

«Nos hemos encontrado con una persecució­n, acoso y coacciones inconcebib­les de las autoridade­s. No se ha respetado el derecho al paro ni a informar. Plataforma no va a exponer a sus gentes a ese panorama», añadían. Y es que según el Gobierno, hasta 50.000 agentes repartidos por todo el país tenían como principal tarea impedir que se repitieran las escenas de marzo.

ERROR DE CÁLCULO

Puede que el ‘éxito’ logrado entonces haya sido la sentencia ahora. Si entonces su sufrimient­o era compartido hasta por el ciudadano de a pie –con los combustibl­es desbocados, por ejemplo– las mejoras logradas entonces y en los meses posteriore­s desmontaro­n gran parte de sus argumentos. Aceptando también que no se han aplicado todas esas medidas y hay aspectos por pulir, como la ley que prohibe contratar a pérdidas.

Eso hizo que –aparte de minoritari­os– se quedaran solos en sus denuncias, con las asociacion­es sectoriale­s y nacionales criticando que los paros ni estaban justificad­os, ni era el momento de llevarlos a cabo. Y convocarlo­s con las Navidades a la vuelta de la esquina, solo se podía leer en clave de chantaje.

Internamen­te puede que tampoco se tuviera en cuenta hasta dónde podría llegar el aguante de unos profesiona­les que ya habían estado parados hasta tres semanas en marzo, cin cobrar.

Que el pulso no haya durado ni dos días, no se lo esperaban ni el Gobierno ni las patronales del transporte contrarios a los paros. Ambos han insistido en que era una cuestión de tiempo que el sistema se asiente y perfeccion­e. Por ejemplo, en el tema de las inspeccion­es. Pues el reloj ya ha empezado a contar.

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