La escasez de mano de obra lastra la economía
EL MERCADO laboral necesita una transfusión urgente de trabajadores para seguir funcionando. La mano de obra escasea en sectores clave como la hostelería o el transporte, pero es en la construcción –que requiere 190.000 obreros de forma inmediata– donde el agujero amenaza con retrasar la ejecución de fondos europeos con la consiguiente pérdida de oportunidades vitales para el crecimiento pospandemia. Sobre todo en una economía como la española, única de la Eurozona que no ha recuperado todavía los niveles de riqueza pre Covid, lastrada por un paro de casi tres millones de personas y cuyo endeudamiento supera ya el billón y medio de euros por primera vez.
La única solución urgente para remediar semejante déficit –en un país que sufre una pérdida progresiva de población causada por una natalidad cada vez más baja y una mortalidad más elevada– pasa por la incorporación de jóvenes y de extranjeros al mercado de trabajo. La encuesta de Sigma Dos publicada en nuestras páginas la semana pasada advertía de que el 55,3% de los españoles de entre 18 y 29 años preferiría estar en el paro antes que trabajar en un puesto en el que fuera infeliz, lo que pone de relieve que las nuevas generaciones desestiman los empleos más duros. Una vía para paliar la aguda escasez de mano de obra que amenaza con lastrar la economía es la de atraer trabajadores extranjeros lo antes posible. Para ello el Ministerio de Seguridad Social impulsó en julio una modificación del reglamento de Extranjería para acelerar la llegada de foráneos tras una formación exprés que les permita trabajar durante un año, una figura que hasta ahora se utilizaba casi exclusivamente para temporeros. Con la reforma impulsada por Jose Luis Escrivá y respaldada por el Ministerio de Transportes, un trabajador de otro país podría quedarse durante 12 meses como albañil tras una formación rápida en ese campo.
La propuesta ha chocado, sin embargo, con el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, que quiere retrasar la iniciativa con el argumento de que puedan crearse ocupaciones exclusivas para extranjeros, es decir: importaciones estructurales y no temporales de trabajadores con peores condiciones laborales que deriven en problemas sociales y brotes de xenofobia. Díaz pretende que la propuesta no se tramite por la vía ejecutiva sino que pase por un diálogo social con empresarios y sindicatos que no comenzaría hasta diciembre.
La urgencia de ejecutar los fondos europeos –que ya han quedado en tela de juicio con los retrasos en PERTES como el del automóvil– obliga al Gobierno a acelerar unas políticas de Estado que sean una terapia de choque para remediar un bloqueo que pueda agravar el frenazo económico que para el año que viene auguran desde el FMI a la Comisión europea.
El bloqueo laboral pone en riesgo la ejecución de fondos europeos