Luto y terror en el pueblo polaco de la tragedia
Ciupek operaba el tractor y Boguslaw manejaba la báscula cuando el misil impactó, alrededor de las 15.40 horas del martes. Era la última carga del día y algunos obreros ya habían recogido sus cosas. «Me fui unos minutos antes de la explosión, debía estar a unos 150 metros de distancia. De repente, todo temblaba, no sabía qué pasaba. Estaba en estado de shock, no sabía qué hacer», relató uno de esos operarios.
Todo un pueblo está de luto. «Si el misil hubiera impactado sólo 30 segundos después, nadie habría resultado herido», lamentaba ayer Federico Viola, vicepresidente de Agrocomdem, al portal de noticias Onet: «Medio minuto después y todavía estarían vivos». Entonces sólo se habrían lamentado los daños materiales, irrelevantes a la vista de la tragedia. Viola aseguró a los familiares el apoyo de la empresa en la que trabajaban los dos hombres.
Przewodów se encuentra a menos de 20 kilómetros de territorio ucraniano, una escasa distancia del actual frente bélico que no ha alterado las costumbres del pueblo, si bien la tranquilidad del mundo rural no es la misma en los últimos meses. Se trata de una localidad de Lublin, en la región histórica de Galitzia y, según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2021, consta de 413 habitantes. «Algunos de los vecinos, por compasión y solidaridad, quisieron visitar a la esposa de una de las víctimas, pero ella estaba enloquecida, no quería hablar, miraba a lo lejos y lloraba. Se encontraba en un terrible estado de shock», cuenta un vecino.
Durante las 24 horas siguientes al impacto del misil, hasta que la OTAN ahuyentó el riesgo de un enfrentamiento directo con Rusia, la tragedia humana vivida en Przewodów pasó desapercibida. Pero en la aldea, formada por un par de coloridas casas de bloque de estilo soviético, una escuela,
Kiev y Moscú sellaron ayer la prórroga del acuerdo sobre el transporte seguro de productos agrícolas a través del Mar Negro. Turquía es la arquitecta del pacto junto con la ONU. El plan expiraba el 19 de noviembre.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, celebró la continuidad para 120 días más. Hasta hoy ha permitido exportar 11 millones de toneladas de productos agrícolas.
Guterres enfatizó la importancia de la «diplomacia discreta». Esta entente es pionera desde el comienzo de la gran invasión rusa de Ucrania. / L. M. H
que el ataque fue un accidente causado por un misil antiaéreo que no alcanzó su objetivo ruso y no se autodestruyó como estaba previsto.
«Se trata de una determinación puramente técnica», dijo el asesor. Explicó que los restos del proyectil, la profundidad de la huella creada en el impacto y la cantidad de combustible utilizado han llevado a los expertos a sugerir que el misil fue lanzado desde Ucrania.
Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, declaró que «cada hora que pasa recopilamos una tienda de comestibles y una granja, se vivía una pesadilla.
En un videoblog del portal de noticias onet.pl, la directora de la escuela primaria de Przewodów, Ewa Byrahabla, habla de pánico: «Los niños necesitan atención psicológica y los adultos, también». Uno de los muertos era el marido de una limpiadora de su escuela.
Grzegorz Drewnik, alcalde del gran municipio de Dolhobyczow que vive a pocos kilómetros del lugar del accidente, relataba ayer: «Al principio había confusión, nadie sabía exactamente lo que había sucedido. Hasta que empezamos a ver el lugar lleno de servicios de emergencia y partes del pueblo acordonadas». Se han interrumpido las clases en las escuelas de la zona y muchos vecinos están recibiendo ayuda psicológica.
El alcalde, de 43 años, describe el ambiente del miércoles como una mezcla de emociones contradictorias. «Sentimos tristeza, miedo y confianza en la OTAN», afirma Drewnik, recientemente elegido como edil con el 70% de los votos por el partido campesino PSL.
Y entonces surge una palabra sorprendente: alivio. En primer lugar, porque todo podría haber sido mucho peor ya que el centro del pueblo, donde se concentra la mayoría de las viviendas, está a 300 metros del lugar del impacto. «Si las piezas de los misiles hubieran caído en medio del pueblo, habría habido una masacre», dice Drewnik. Y alivio porque ahora se sabe que esto no fue un ataque dirigido a Polonia, sino más bien una consecuencia de la defensa aérea ucraniana contra los misiles rusos dirigidos a la zona donde se encuentra la gran ciudad de Leópolis. «Vista la reacción inicial de la OTAN, creo que podemos sentirnos seguros porque se trata de una alianza que no sólo existe sobre el papel», dice Drewnik.
más pruebas sobre este misil: es un cohete de fabricación soviética, probablemente de la década de los 80, que puede alcanzar objetivos a una distancia incluso superior a 150 kilómetros. No sabemos exactamente desde dónde se lanzó, así que no añadiré más. No quiero especular».
Las autoridades polacas y funcionarios estadounidenses continúan la investigación para esclarecer todas las circunstancias sobre el impacto del misil y tenían previsto concluir ayer las labores de limpieza.