La tensión social sume a Irán en la violencia
Al menos 15 muertos, incluidos dos menores, mientras siguen las protestas contra el régimen
Las sangrientas protestas que se desataron en Irán hará pronto dos meses no dejan de arrojar malas noticias. Al alto pero difícil de precisar número de víctimas mortales, mayormente manifestantes pero también miembros de las fuerzas de seguridad, se han sumado, en las últimas horas, al menos 15 personas. Entre ellas hay dos menores: Sepehr Maghsoudi, de 14 años, y Kian Pirfalak, un crío de nueve tiroteado junto con su padre en un turbio suceso ocurrido el miércoles en Izeh, en el suroeste de Irán. Aunque sobre este episodio no han trascendido demasiados datos, sí se enmarca en el clima de extrema crispación y violencia que domina el país.
El Gobierno de la República Islámica tildó de «ataque terrorista» lo ocurrido e incluso emitió un mensaje de condolencia a «las familias de las víctimas» de Izeh y ordenó abrir una investigación sobre lo ocurrido. De acuerdo con medios locales, individuos a bordo de dos motocicletas abrieron fuego contra un bazar de la localidad, situada en la provincia de Juzestán. Entre los siete muertos, aseguraron, había civiles, pero también dos agentes de las fuerzas paramilitares basiyíes. Y 10 personas más resultaron heridas.
Activistas aseguran que familiares de los fallecidos culpan a los mismos basiyíes de perpetrar la matanza. Al igual que otros manifestantes en distintos puntos de Irán, acusan a esta unidad de disparar impunemente contra quienes salen a las calles contra el Gobierno, bajo órdenes de suprimir las protestas a cualquier precio. En Isfaján, cinco personas más, incluidos funcionarios antidisturbios, murieron como consecuencia de otro tiroteo. El resto de muertes se produjeron en la región occidental del país.
Esta semana, cientos de iraníes han intensificado sus acciones de protesta y convocado huelgas con ánimo conmemorativo. Hace justo tres años, una ola de disturbios en las regiones más humildes, provocados por la decisión gubernamental de recortar los subsidios al combustible, dejaron un reguero de cientos de participantes muertos. La organización HRANA asegura que, desde el pasado septiembre, cuando la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia policial desencadenó un movimiento de denuncia de las condiciones de vida en Irán, 362 manifestantes, 56 de ellos menores, han perdido la vida.
Las autoridades iraníes se mueven entre los mensajes de advertencia de represalias más severas contra los más jóvenes, de quienes sugieren que actúan inconscientemente
ALERTA MÁXIMA.
«influidos por el enemigo occidental», y las denuncias de una conspiración internacional en sus medios, algunos de los cuales comienzan a hablar de una «insurrección armada» promovida desde el exterior. Ayer, el general Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, declaró que «algunas Según la agencia Mizan, estos «alborotadores» fueron acusados de «guerra a Dios», uno de los crímenes más duros. Uno de ellos, explica la nota, arrolló y mató a un policía con su coche; otro fue detenido en posesión de una pistola y un cuchillo, otro bloqueó el tráfico y el cuarto cometió un apuñalamiento.
Estos veredictos son apelables. Amnistía Internacional alertó de que, aparte, hay 21 iraníes más que están siendo procesados por cargos que pueden conllevar pena capital bajo la rigurosa ley islámica iraní. El Gobierno prometió rendir cuentas con los responsables en procesos rápidos, lo cual ha llevado a activistas opositores a temer que estos juicios carezcan de garantías suficientes para los acusados, muchos de los cuales, denuncian, están encarcelados en condiciones precarias.
El miércoles, el tercer Comité de la Asamblea General de la ONU aprobó un borrador de resolución de condena a Irán, con 80 votos a favor, 28 en contra y 68 abstenciones. En el texto, se expresaba «profunda preocupación» por la «alarmante alta frecuencia en la imposición de penas de muerte», y se llamaba a Teherán a «cesar en el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, incluidos mujeres y niños». El delegado iraní tildó a los impulsores del borrador de «hipócritas».
habrían fallecido desde septiembre en las protestas iniciadas con la muerte de Mahsa Amini.
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