Impuestos al alza contra la recesión
El nuevo presupuesto de Sunak promete estabilidad para recuperar la confianza del mercado
El ministro del Tesoro de Reino Unido, Jeremy Hunt, fijó en la «estabilidad, el crecimiento y la protección de los servicios públicos» la prioridad de su primer plan presupuestario con el que trata de restaurar la confianza de los mercados de capitales tras el desastroso proyecto de reducción de impuestos a través del endeudamiento público que hundió al fugaz gobierno de la predecesora de Rishi Sunak, Liz Truss. Culpó, sin embargo, a factores externos del deterioro en las finanzas públicas. «Hay una crisis energética global, una crisis de inflación global y una crisis económica global», recordó en el Parlamento de Westminster. «Pero afrontaremos la tormenta con resiliencia y compasión británicas», apuntó en esta declaración.
Hunt esbozó las líneas de un programa de consolidación de 55.000 millones de libras (unos 63.000 millones de euros) a medio plazo en base a recortes de los servicios públicos y el aumento de la carga fiscal personal y corporativa, que se ejecutará en una proporción «en términos generales» del 50% entre ambas herramientas, según anunció en la Cámara de los Comunes.
No habrá un incremento de las bandas fiscales, pero el nivel de renta en que se activa el impuesto máximo del 45% caerá del actual umbral de 150.000 libras a 125.140 libras (unos 143.000 euros). Se amplía así el número de altos contribuyentes en su declaración de la renta, además del incremento de los que accedan por primera vez a la banda inferior, cuyo techo permanecerá estable. La respuesta no se hizo esperar: Rachel Reeves, responsable laborista de Economía, acusó al Gobierno de Rishi Sunak de «hurtar de los bolsillos de las enfermeras y de los bolsillos de todo el país» con un «montón de impuestos encubiertos que recaudarán millones del trabajador común».
La mayoría de los recortes anunciados en la Cámara de los Comunes entrarán en vigor a partir de 2025, es decir, después de las elecciones generales que han de celebrarse para finales de 2024. Mientras, Hunt prometió mantener en «al menos el 2%» del PIB la inversión en Defensa y garantizó inyecciones de capital en Educación y
Sanidad. La demora en afilar las tijeras del gasto público se ha forjado, según denunció también Reeves, como una «trampa» electoral contra laboristas y el resto de partidos políticos.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés), ente independiente de análisis de las cuentas oficiales, calcula que la carga fiscal evolucionará del 36,4% del Producto Interior Bruto en el año fiscal hasta abril de 2023, al 37,5% del PIB en el ejercicio 2024-25. Es el nivel más alto registrado en Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial e incluye una subida de la tasa de sociedades del 19% al 25% a partir de la primavera.
Hunt revierte de esta forma el recorte fiscal, de 45.000 millones de libras sin financiación complementaria, que anunció su predecesor Kwasi Kwarteng en septiembre, provocando una incesante embestida de los mercados financieros, que dispararon los intereses de los bonos del Estado y las hipotecas domésticas, además de hundir la cotización de la libra respecto al dólar. El correctivo en las finanzas públicas acordado con el primer ministro Sunak, quien dirigió el Tesoro durante la crisis sanitaria y trabajó antes en la banca de inversión, mantuvo esta vez en calma a los mercados.
En paralelo, la OBR confirmó el lamentable estado de la economía británica. El país entró este trimestre en una recesión que el Banco de Inglaterra aventura larga y de poca profundidad. En la misma línea, la oficina independiente estima que se cerrará 2023 con un PIB negativo del 1,4% y no se recuperará el ritmo de crecimiento anterior a la pandemia hasta finales del año siguiente. Las proyecciones publicadas el jueves apuntan además a una tasa de inflación del 7,4% en 2023, desde el pico del 11,1% registrado en octubre, para luego «caer por debajo de cero a mediados de la década y retornar a su objetivo oficial del 2% en 2027».
«El lío en que nos encontramos no es el resultado de 12 semanas de caos de los conservadores», criticó la portavoz laborista del Tesoro en referencia a los turbulentos meses tras la dimisión de Boris Johnson, «sino de 12 años de fracaso económico conservador». Bajo la dirección de Keir Starmer, la formación de centro izquierda saca una ventaja constante a los tories de entre 20 y 30 puntos en los sondeos de opinión. La última encuesta indica que un 53% de británicos cree que el Brexit ha tenido un efecto negativo en la economía.
Los recortes entrarán en vigor a partir de 2025, tras las elecciones generales