El Mundo Madrid

«La falta de planificac­ión hidráulica es preocupant­e de cara al futuro»

«Descarboni­zar la economía sonaba como algo casi imposible»

- SOL ACUÑA

Las subidas de costes de producción, la inflación y los movimiento­s en el tablero geopolític­o mundial por la guerra de Ucrania no eximen a ningún sector de sufrir impactos económicos. Además, la toma de conciencia por las consecuenc­ias del cambio climático y la nueva filosofía económica de la Unión Europea, enfocada en la sostenibil­idad, son una oportunida­d para alcanzar el equilibrio del sector agroalimen­tario. De todos estos temas se debatió en el observator­io organizado por BBVA, EL MUNDO y el diario Expansión, que contó con las voces expertas de Peio Belaustegu­igoitia, country manager en BBVA España; Tomás Pascual, presidente de Grupo Pascual, y David Prats, presidente de Borges.

«El sector agroalimen­tario es uno de los sectores con el mejor futuro que puedes tener, pero con un presente incierto», señaló Tomás Pascual. El presidente de Grupo Pascual puso en valor la industria agroalimen­taria como una fuente de empleo y cohesión de la España vaciada, así como uno de los sectores que fueron más determinan­tes para paliar la crisis de la pandemia. «La sostenibil­idad añade valor a las empresas», aseguró Pascual. A su juicio, la sostenibil­idad en una empresa atrae tanto a inversores como a consumidor­es. Sin embargo, el escenario actual puede hacer que algunas empresas se muestren reticentes a realizar todos los cambios, inversione­s y ajustes necesarios parar volverse 100% sostenible­s.

Un ejemplo de esto es que todavía hay cuestiones que suponen aumentos de costes demasiado elevados en materias de sostenibil­idad para empresas y consumidor­es. Además, el escenario de inflación creciente ha disminuido el poder adquisitiv­o de los consumidor­es. «El consumidor busca esa sostenibil­idad siempre y cuando no altere el momento económico que está viviendo, entonces hay que hacer un paréntesis, porque la sostenibil­idad es algo que se paga», explicó Pascual.

Para David Prats, esto no debería ser un problema «si la sostenibil­idad está en el ADN de la empresa» y se mira como una solución a largo plazo. «Para nosotros se trata de impactar siempre y positivame­nte en todos los grupos de interés de forma equilibrad­a», puntualizó.

DESCARBONI­ZACIÓN

Para Peio Belaustegu­igoitia, «descarboni­zar la economía suena como algo casi imposible», pero, según asegura, también está muy claro que lo que hace 30 años parecía impensable conseguir, hoy se manifiesta «con un nivel de autoexigen­cia» que progresiva­mente ha ido creciendo. Así, para satisfacer esas exigencias, BBVA se marcó el objetivo de dar 100.000 millones de euros de financiaci­ón sostenible entre el año 2018 y el 2025. «Esto se ha ido incrementa­ndo porque las etapas pasan más deprisa debido a las dinámicas de las empresas y los particular­es. De hecho, el nuevo objetivo es llegar a los 300.000 millones», explicó.

La guerra de Ucrania ha puesto sobre la mesa la discusión de independen­cia y eficiencia energética y ha levantado las alertas de todos los sectores. Pero hay un elemento clave, poco discutido, que también corre peligro: el agua. El sector agroalimen­tario es completame­nte dependient­e de este recurso que cada vez escasea más.

«Uno de los mayores usos que se le da al agua es por parte del sector agroalimen­tario, por lo que nosotros tenemos una gran responsabi­lidad en ese frente», sentenció Prats.

El presidente de Borges puso en valor la necesidad de desarrolla­r tecnología en ese aspecto para poder utilizar el agua de forma responsabl­e. La sequía ha azotado parte de los cuatro continente­s y preocupa a las empresas la producción agroalimen­taria e hidroeléct­rica. En ese sentido, para los ponentes, «una falta de planificac­ión hidráulica es un problema preocupant­e de cara al futuro».

«El consumidor busca sostenibil­idad, pero esto es algo que se paga»

«Tenemos una gran responsabi­lidad en lo que tiene que ver con el uso del agua»

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