PADRES E HIJOS, DESDE ABRAHAM E ISAAC HASTA NUESTROS DÍAS
en A tamaño natural de Erri de Luca (Seix Barral), en el que el narrador recuerda una escena en Nápoles en los años 50. Los turistas se asoman a los diques de la
Hciudad y ven a 20 niños en el agua que los llaman a gritos. Empiezan un juego: los turistas lanzan monedas de dos liras y los niños bucean para rescatarlas.
«Éramos una ciudad del sur. No del sur de Italia sino del sur del mundo. Miles de marinos estadounidenses venían a aliviar su abstinencia sexual y alcohólica», recuerda De Luca. «La especialidad local era la mortandad infantil. Teníamos la más alta de Europa. También teníamos las estadísticas más altas de emigración, de modo que la ciudad estaba llena de mujeres solas y huérfanos». Hijos y padres, siempre en busca de la reconciliación, llenan las páginas de A tamaño natural, un libro especial, difícil de explicar y de olvidar. A tamaño natural, en principio, es una colección de relatos unidos por el tema de la paternidad y por la mirada de De Luca, que no ha sido padre. En la práctica, el texto mezcla memorias y obsesiones: el judaísmo, las clases sociales, la lucha revolucionaria... Y sí, la paternidad. Esta noche, De Luca participará en el Festival Eñe de Madrid.
En A tamaño natural conviven Marc Chagall, Abraham e Isaac, un trasunto de Adolf Eichmann y con los padres de De Luca. «Mi madre me hacía ver la desigualdad. Yo tenía zapatos y otros niños no. Es una enseñanza que me acompañó siempre». Es sabido a dónde llevó esa educación: «Abandoné mi cultura y mi ciudad», dice De Luca. Renunció a la universidad, militó en el grupo revolucionario Lotta Continua, pasó por la cárcel y después trabajó en la construcción. En un momento de A tamaño natural, el autor cuenta que su padre le ofreció una beca para que dejase las obras, pese a que aquel hombre conservador y amoroso no entendía a su hijo.
Los escenarios del siglo XX se mezclan con los bíblicos en su libro. «Soy un hombre del siglo XX», dice De Luca. «Fui antifascista, obrero y revolucionario porque esas eran las palabras que hacían mover al siglo XX. La destrucción de los judíos de Europa fue una herida que quedó en mí. Aprendí yidis porque ese fue mi acto de reparación ante la Historia. Y después aprendí hebreo antiguo para leer la Biblia en su lengua original».
«Todos los días leo el Antiguo Testamento en hebreo», continúa. «En esas historias, la Divinidad se manifiesta en forma de palabra. La Divinidad dice. Lo hace incluso cuando no tiene a quien comunicarse, en los días de la creación. Esta historia tiene que ver con la voz de la divinidad».
Y de la Biblia salen el padre y el hijo más conmovedores del libro de De Luca. «Abraham es la única figura que tiene intimidad con la Divinidad. Y la Divinidad, para medir su obediencia, le pide que sacrifique a su hijo. No es un imperativo, no lo ordena, lo pide. Los cuadros muestran a Abraham en plenitud cuando era un viejo de 90 años, ante Isaac que era joven y podía rebelarse. Lo increíble de Abraham e Isaac no es la brutalidad de la orden sino la brutalidad de la obediencia».
Erri de Luca mezcla su memoria personal con su obsesión por la Biblia y el judaísmo, la historia de su ciudad, Nápoles, y el eterno conflicto de padres e hijos varones en los relatos de ‘A tamaño natural’
Ldesarrollo se rebelaron ayer contra el primer borrador de la COP27 y exigieron un acuerdo de «pérdidas y daños» que no parecen dispuestos a firmar los países ricos.
«No entendemos el porqué de esa resistencia. Tenemos la oportunidad de plantar en Egipto las semillas de un fondo para la restauración de los países que están resultando devastados», declaró Molwyn Joseph, ministro de Medio Ambiente de Antigua y Barbuda, en la cuenta atrás de las negociaciones que deberían concluir hoy. Sin embargo, la vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, vaticinó que las negociaciones se van a prolongar «hasta el sábado por lo menos».
La voz más apremiante fue si acaso la de Sherry Rehman, ministra de Cambio Climático de Pakistán, erigida en portavoz del grupo G77 que agrupa a los países en desarrollo. «Dadnos un mensaje político de que estamos dispuestos a avanzar como una auténtica comunidad de naciones», dijo en un alegato dirigido contra la Presidencia.
«Lo que ha pasado en Pakistán [con una tercera parte del país inundada] no
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