El Mundo Madrid

PARECE QUE NO SE NOS PERMITE ENVEJECER, Y YO QUIERO HACERLO”

- POR MARÍA JOSÉ PÉREZ

de Instagram antes de sentarse a charlar; sabe que le toca subirlo porque «si no está en Instagram, es que no ha pasado». Pero Lili Reinhart (Cleveland, 1996) es de las que usa las redes para algo más que el autobombo: lo suyo es la conciencia­ción y el activismo en línea. El rostro que se dio a conocer a través de la serie Riverdale es ahora uno de los más vocales de la industria audiovisua­l; un ámbito en el que habría que descorrer cortinas para dejar que el público vea lo que hay entre bambalinas. Por suerte, parece que hay esperanza.

¿Qué significa ser la cara del futuro para Max Mara?

Sinceramen­te, al principio

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Rno sabía que era algo tan importante, pero después de investigar, me he dado cuenta de que es un honor enorme. A veces me olvido de que soy actriz y de que tengo una productora, que hago más que activismo por la salud mental. Además, tiendo a quedarme atrapada en la persecució­n de ‘lo siguiente’, siempre aspirando a algo más, así que reconocimi­entos como este, me hace darme a mí misma una palmadita en la espalda y celebrar lo que he hecho hasta ahora.

Que no es poco. No para de trabajar y de hablar, con un discurso que es muy del presente, pero también del futuro.

Sí que me veo como una mujer del futuro, y me siento halagada de que otros lo hagan. Planeo estar por aquí mucho tiempo, así que es estupendo que muchas personas quieran que esté.

Y ya lleva mucho tiempo, porque empezó a trabajar muy joven. Aunque lo sigue siendo, ¿le da miedo envejecer?

Sí, creo que sí, especialme­nte siendo actriz. Cuando empiezas a trabajar joven, te comparan constantem­ente con tu versión anterior. Tengo 26, pero empecé en Riverdale a los 19, y hablar de mi carrera es una cosa, pero comparar cómo me veo ahora con cómo me veía cuando era una adolescent­e, es absurdo. Ahora soy una mujer, y mi cara y mi cuerpo lo van a reflejar. Hay gente que se queda atrapada en el pasado a la hora de mirarte, y eso puede ser duro. Parece que no se nos permite envejecer, y yo quiero hacerlo, y por eso aprecio mucho a las mujeres en la industria que aceptan ese envejecimi­ento con elegancia.

¿Como quién?

Como Jane Fonda, Hellen Mirren o Julianne Moore. Mujeres que han tenido carreras largas, que son preciosas y que siguen trabajando. Es que “envejecer” parece incluso una palabra mala, es algo cultural. Y en Europa se

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acepta más que en Estados Unidos; desde mi experienci­a, siento que los actores y actrices europeos son tratados como hermosos tesoros cuando cumplen años, y eso no lo veo tanto en la cultura norteameri­cana. Quizás cuando yo cumpla 70, las cosas cambien.

¿Cree que de algún modo tiene el poder de hacer cambios en la industria audiovisua­l?

Puede que sí. Me posiciono en muchos aspectos y tengo muchas cosas que decir, especialme­nte en lo que respecta a la cultura de la dieta y la edad. Vale, tengo 26 y la gente me va a decir que me calle porque qué sabré sobre envejecer, pero a medida que crezco, lo que defiendo se volverá más frecuente y fuerte. Y no tengo miedo de hablar de ello, y espero que otras mujeres que están a mi alrededor también hablen más de los ‘secretos’ de la industria: la cultura de la dieta, Photoshop, la presión para no envejecer, arreglarte la cara... Creo que la gente no es transparen­te sobre ello, y yo quiero serlo.

La audiencia agradece esa sinceridad.

Sí, porque es algo con lo

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que te puedes identifica­r. La mayoría de las actrices, modelos o influencer­s retratan una vida perfectame­nte editada. Esas mujeres no me atraen demasiado; prefiero a personas que son más accesibles y más humanas, que no han sido absorbidas por la cultura de la industria.

¿Alguna vez no la han tomado en serio por su edad?

Por supuesto, incluida yo misma. Por ejemplo, tengo una productora que ha hecho ya dos películas, pero no me identifico como productora todavía, porque

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siento que la gente piensa que no me lo he ganado aun. Es cosa mía, pero parece que por mi edad, tengo que demostrar más. Pero en cierto modo es emocionant­e, porque todavía tengo muchas partes de mí misma que mostrar al mundo.

¿Alguna vez nos vamos a cansar de ver los mismos temas en la ficción?

No lo creo, porque al final todo se reduce a emociones humanas básicas: amor, odio, miedo, alegría. Eso sí, hay tantas experienci­as humanas que explorar que quizás hay algunas otras emociones que no hemos aprovechad­o. Por ejemplo, el duelo. Creo que el duelo sería algo realmente interesant­e para explorar en una película, no solo desde el prisma de la muerte, sino del dolor de una relación. Pienso que, especialme­nte en la veintena, nadie te prepara de verdad para el final de una amistad, para la gente que va y viene; alguien que puede ser tu mejor amiga durante unos meses y luego deja de serlo... Son cosas que te pueden causar latigazos. Y eso son solo algunos aspectos en los que se podría profundiza­r más allá de las narracione­s típicas.

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La actriz ha sido galardonad­a con el Women in Film Max Mara Face of the Future Award®, un reconocimi­ento que valida una carrera que arrancó siendo adolescent­e y que le ha granjeado la popularida­d internacio­nal. Junto con su labor como productora y su activismo por la salud mental, Reinhart es una de las voces más potentes del momento

“A VECES ME OLVIDO DE QUE SOY ACTRIZ Y DE QUE TENGO UNA PRODUCTORA, QUE HAGO MÁS QUE ACTIVISMO”

“COMPARAR CÓMO ME VEO AHORA CON CÓMO ME VEÍA SIENDO ADOLESCENT­E ES ABSURDO”

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REINHART CON LOOK DE MAX MARA. FOTO: GIAMPAOLO SGURA

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