El Mundo Madrid

El escolta disparó a los asaltantes de la empresaria

En su declaració­n a la Policía, el vigilante asegura que se puso nervioso: «No sé si les di»

- LUIS F. DURÁN

Jesús, el escolta de la presidenta de Eulen, María José Álvarez, ha declarado a la Policía Nacional que disparó en dos ocasiones contra los hombres encapuchad­os que intentaron asaltar a la empresaria el pasado lunes de madrugada, cuando regresaba a su casa en un Mercedes Benz AMG en el barrio de Valdemarín, en el distrito madrileño de Moncloa. El vigilante, que conducía el vehículo, explicó que se bajó del coche con el arma y apretó el gatillo en dos ocasiones sin saber si les había alcanzado a ellos o a la furgoneta en la que huyeron. «No sé si les di», manifestó el escolta. En un primer momento, se indicó por error que este había disparado al aire.

La Policía Nacional cree que el motivo del asalto a la presidenta del Grupo Eulen, María José Álvarez, de 65 años, fue el robo de su coche blindado. Se trata de un Mercedes Benz biplaza AMG de alta gama comprado hace unos meses y valorado en más de 150.000 euros, en el que viajaba la directiva y que conducía su escolta. Poco antes de las 2 de la madrugada del día 14 fue intercepta­do por dos coches.

En su declaració­n, el escolta da un dato clave: los ladrones ya estaban en la zona, al acecho. El vigilante declaró que María José acudió a cenar a un restaurant­e situado a tres kilómetros de su casa, pegado a la carretera de La Coruña. Agrega que se trata de un lugar al que acude con frecuencia y que sospecha que les empezaron a seguir a la salida del establecim­iento tras fijarse en el coche, que estaba estacionad­o en el parking del centro comercial.

Añadió que cuando estaban llegando a las inmediacio­nes de la residencia de la empresaria, una furgoneta se aproximó a su coche a toda velocidad y se colocó en paralelo a ellos. «El vehículo se colocó delante de nosotros y me cortó el paso. Frené en seco y aceleré hacia atrás, y fue cuando vi por el retrovisor que detrás había otro coche cerrándome el paso. Al ir hacia atrás di un golpe a la farola», señala. «A continuaci­ón dos hombres se bajaron de la furgoneta que había delante. Uno de ellos iba armado y apuntó al coche», agregó. El vigilante salió del vehículo y se parapetó tras la puerta del Mercedes y le dijo a la empresaria: «Túmbese, tienen pistolas». «Desenfundé el arma y grité: ‘¡Alto Policía, alto Policía!’ Intenté que se detuvieran, me puse nervioso. Cargué la pistola en varias ocasiones y disparé dos veces. No disparé al aire ni al suelo, apunté en dirección a los hombres. No sé si les di a ellos o al coche», continuó.

La acción de Jesús consiguió disuadir a los ladrones. Ambos delincuent­es se subieron al coche y huyeron. «Cuando se fueron avisé al otro vigilante que estaba en la casa de María José y avisé al 112 y a la Policía Nacional», concluyó el escolta. La empresaria contó luego a los agentes que su escolta le había salvado la vida. «Si no fuese por él, igual hoy no estaba aquí», declaró la presidente de Eulen María José Álvarez.

La sorpresa de la nominación a alcaldable de la ministra Reyes Maroto ha sido conocer que hay una ministra Reyes Maroto. La portada de GRAN MADRID con los retratos de todos los candidatit­os que provocan el mismo entusiasmo que la Selección de Luis Enrique

–de la izquierda inane al centro inexistent­e pasando por el sargento Smith– le debe de haber hecho muy feliz a Almeida, que es otro diminutivo, un titán al lado de tanto ito. De Ito, con mayúscula, el jugador que a principios de los 80 pasó por el Real Madrid, habló el otro día –hace ya casi dos meses–, en

Sevilla, Luis Enríquez

(no confundir) cuando se autodefini­ó como «suplente de reserva» en el programa Cowboys de Medianoche que frecuenta de vez en cuando. Fue mentarlo y venirse a la mente la luz de aquel rubio prodigio de Salamanca regateando hasta su sombra.

Andrés Alonso García, nombre de civil de Ito, aterrizó en la plaza del Bernabéu donde se mide con la dura vara de Las Ventas el frágil talento, más flexible con el tesonero esfuerzo. Cuántas veces no habremos visto aplaudir con más ahínco la recuperaci­ón in extremis de un balón perdido por

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EN BOCA DE TODOS Estado en el que quedó el Mercedes tras el intento de asalto a la presidenta de Eulen.

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