«Hay que respetar a Vinicius»
Ousmane Dembélé marcó las diferencias. En tal vez su mejor partido como azulrgana, el francés fue decisivo para darle el pase a las semifinales de la Copa del Rey a un Barça que, de nuevo, no supo transformar su buen juego en más de un gol. La Real, pese a verse mermada por la expulsión de Brais Méndez, nunca dio su brazo a torcer y acabó por caer por la mínima (1-0) y con todos los honores.
La primera parte resultó de lo más entretenida, por mucho que ninguno de los dos rivales lograra romper la igualdad en el marcador. Tras un buen arranque de la Real, en el que incluso le discutió la posesión al conjunto barcelonista, fueron los azulgrana los que iniciarían prácticamente un monólogo ofensivo que tuvo en Dembélé a su gran protagonista. El francés, al menos por una vez, rompió esa tónica que le lleva a decidir con acierto en una de cada cinco ocasiones y se destacó como todo un estilete arrancando desde la banda para buscar el disparo o encontrar alguna llegada de la segunda línea.
Sí marcó, en cambio, Lewandowski, aunque su gol sería anulado en última instancia por un clarísimo fuera de juego de un De Jong al que, sencillamente, no le dio tiempo a apartarse tras el remate del polaco. El ex del Bayern tuvo algún que otro intercambio de palabras con un Gil Manzano tremendamente permisivo con los contactos. Pero quien acabaría más desquiciado por las decisiones del árbitro sería un Brais Méndez cuya expulsión marcaría en gran parte el devenir del resto del duelo. El centrocampista, tras quejarse de un golpe en el rostro del punta
Lilian Thuram siempre se ha destacado en la lucha contra el racismo. Por eso, no es nada raro que el ex azulgrana no haya dudado ni un momento a la hora de romper una lanza en favor de Vinicius, por mucho que el brasileño sea uno de los estandartes del eterno rival, el Real Madrid. Desde su punto de vista, nada justifica que el delantero reciba ese tipo de ataques. «¿Hablamos de un jugador que es víctima del racismo y me preguntas si debería cambiar de actitud? Ante todo, hay que respetar a Vinicius. Muchas veces la gente no entiende la violencia que supone el racismo. Cuando eres joven y te insultan, es algo muy difícil para cualquiera», reflexionó el ex azulgrana tras la presentación del premio Deporte y Racismo, enfocado para trabajos de fin de grado universitario y concedido en colaboración entre su propia fundación y la del Barcelona, así como de su libro El pensamiento blanco, en el que ahonda en sus reflexiones sobre esta cuestión. «Llegué a París cuando tenía nueve años, desde a las Antillas. A menudo, digo que me volví negro a los nueve años, porque fue entonces cuando me insultaron los niños en clase», apuntó el ex internacional francés. «En mi libro hago un paralelismo entre racismo y sexismo. Los hombres estamos educados para pensar que somos la norma, mientras que las mujeres son las diferentes, las inferiores», recalcó Thuram. azulgrana, decidió tomarse aparentemente la justicia por su mano con un forcejeo con Pedri, una fuerte entrada sobre el propio Lewandowski y una acción como mínimo anaranjada sobre Busquets, castigada inicialmente con amarilla por el colegiado y rectificada finalmente con la roja directa a instancias del VAR.
Mucho antes, la Real Sociedad le había puesto en serio el miedo en el cuerpo al Barça con un trallazo de Kubo que se estrelló en el travesaño y dejó temblando el marco de la portería de Ter Stegen. El susto atenazó durante unos instantes a los azulgrana, que acabarían por reencontrarse con su mejor versión en el ocaso de la primera mitad, tras la expulsión, para amenazar otra vez los dominios de Remiro. Sobre todo,con una sorprendente llegada de un Koundé que, tras revolverse cual delantero tras asistencia de, cómo no, Dembélé, envió su disparo fuera mientras Pedri,
mejor situado, incluso se llevaba las manos a la cara por la opción desaprovechada.
Dembélé, quién si no, sería a la postre el encargado de romper la resistencia de la Real en los primeros minutos de la segunda parte. El extremo, con un cambio de velocidad endiablado tras un pase a la espalda de la zaga rival de Koundé, se metió en el área rival y lanzó un trallazo tremendo al primer palo que cogió por sorpresa a Remiro. Los donostiarras, pese al mazazo, no renunciaron a buscarle las cosquillas al Barça. Barrenetxea y Kubo se destacaron, pero fue Sorloth quien malogró la mejor ocasión para el empate con un remate a boca de gol que se perdió por encima del larguero.
Tras el susto, otra vez,el Barça le retomó el pulso al partido. Otra vez, apostando sobre todo por Dembélé. Gavi, a centro del francés, enviaría también un disparo al travesaño, menos violento que el de Kubo. Los azulgrana redoblaron sus esfuerzos. Incluso pidieron penalti por mano, no concedida por el árbitro al entender que era la de apoyo. El acoso azulgrana siguió ante una Real al final fundida físicamente, pero que aún así rozó el empate tras fallo y corrección de Ter Stegen. La Real se quedó finalmente sin premio, pero deslució en parte las bondades barcelonistas.
THURAM:
El equipo vasco tuvo opciones hasta el final después de un gran esfuerzo físico