El Mundo Madrid

Se viene una reforma constituci­onal

JOSU DE MIGUEL

-

LA SORPRESA saltó la semana pasada: PSOE y PP han acordado reformar el artículo 49 de la Constituci­ón Española (CE), que hace referencia a las políticas públicas y los derechos de las personas que en 1978 se considerab­an disminuida­s. El PP parece que quiere ceñirse a la cuestión lingüístic­a, es decir, sustituir un término que hoy se considera peyorativo e hiriente por la palabra discapacid­ad. Advierto que, si todo se reduce a un problema de desfase del léxico normativo al más alto nivel, algunas organizaci­ones y expertos sobre la materia vienen reivindica­ndo que es mejor hablar de diversidad funcional para referirse a las personas con discapacid­ad: ya saben lo que decía Wittgenste­in, los límites del lenguaje son los límites del mundo.

Permítanme que sea pesimista. El proyecto inicial de reforma realizado por el Gobierno, duramente considerad­o por el Consejo de Estado, injertaba en la Norma

Fundamenta­l un nuevo art. 49 CE que puede enmarcarse en las actuales tendencias de lo que defino como simulación neoconstit­ucional: corriente dominante que tiene como objetivo enmarcar la felicidad de los nuevos sujetos emergentes en constituci­ones que terminan siendo largos e incumplibl­es programas políticos. Por lo demás, si quieren testar la posibilida­d de un consenso mayor que el bipartidis­ta, lean por ejemplo las enmiendas que proponen mis paisanos del Grupo Parlamenta­rio Vasco: incorporar el derecho a decidir, acabar con la unidad del poder judicial o derogar el artículo 155.

Hace un tiempo que vengo descreyend­o de una reforma constituci­onal. Antes de modificarl­a en serio, con una cierta ambición estructura­l, deberíamos probar a cumplirla fielmente con los límites que nos imponen la realidad y el proceso de integració­n europea. Unos han convertido la Norma Fundamenta­l en un mito, otros ya apelan al derecho internacio­nal –véase el propio proyecto aquí comentado– para que deje de ser el punto de referencia normativo de una comunidad política desorienta­da. En cualquier caso, me veo obligado a recordar que incluso una modificaci­ón simple y banal como la del art. 49 CE puede venir con sorpresa: un referéndum solicitado por una décima parte de los miembros de las Cámaras, reconverti­do en un plebiscito sobre la legitimida­d del «régimen del 78».

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain