El Mundo Madrid

Guerra por el poder entre los socialista­s galos

Los candidatos a la presidenci­a del partido se dan una tregua para evitar la ruptura

- RAQUEL VILLAÉCIJA

El caos desatado en el Partido Socialista francés durante el proceso de elección de su líder ha acabado con una tregua, un pacto entre los dos principale­s candidatos, que tendrán que superar sus divisiones y trabajar a partir de ahora mano a mano. En el congreso celebrado este fin de semana en Marsella se validó la reelección de Olivier Faure como secretario general, quien tendrá como segundo a Nicolas Mayer-Rossignol, quien le había acusado de fraude electoral en la votación que hubo entre los militantes.

Según el acuerdo de conciliaci­ón alcanzado el sábado, el nuevo líder contará con dos secretario­s delegados. Además de MayerRossi­gnol, también formará parte del tándem Johana Rolland, alcaldesa de Nantes. El trío «trabajará de manera coordinada, buscando el consenso», señalan en el acuerdo, bautizado como pacto de gobernanza y reagrupaci­ón de los socialista­s.

Éste se alcanzó tras varias horas de negociació­n en un congreso tenso que empezó el viernes y acabó ayer. El objetivo de la alianza es apaciguar el profundo ambiente de división que hay en la formación. De hecho, en un «intento de unión del partido», Olivier Faure le ofreció la Presidenci­a del consejo nacional a la que quedó tercera en la votación, Helene Geoffroy.

A pesar del pacto, la crisis interna sigue latente. Mayer Rossignol había quedado a un puñado de votos de Faure (el 49% frente al 51%) en una muy disputada votación entre los militantes celebrada en dos rondas, la última el pasado 19 de enero. Mientras Faure anunciaba su victoria, su rival le acusaba de fraude y de irregulari­dades en el escrutinio. En los últimos días no han cesado las acusacione­s y reproches en las filas de uno y de otro, incluso en los platós de televisión.

La fractura es profunda. Un bando es partidario de cambios que permitan al partido avanzar; otros se muestran fieles a los valores tradiciona­les y consideran cualquier movimiento en otro sentido como una tradición.

El Partido Socialista asiste desde hace tiempo a una decadencia que se evidenció en las pasadas elecciones presidenci­ales, cuando la candidata al Elíseo de la formación, Anne Hidalgo, consiguió un desastroso 1,7% de votos, el peor resultado en la historia del partido. No le dio atractivo entre los votantes ni el hecho de ser la alcaldesa de París.

El resultado fue tan malo que tuvo que hacer un llamamient­o a los militantes para poder sufragar los gastos de la campaña electoral, pues el Estado sólo los compensa a los candidatos que superan el 5% de votos. No fue el caso. La ruina electoral conllevaba la ruina económica. El batacazo fue inesperado para un partido histórico que había gobernado en Francia sólo unos años antes, con François Hollande. La crisis venía de lejos. La victoria de Emmanuel Macron en 2017 (que había sido ministro de Economía de Hollande) y las escisiones dentro del partido fueron una alerta. La guerra por el poder de los últimos días ha puesto el broche final.

Tras el mal resultado de abril, fue Olivier Faure el que apoyó, desde el lado del Partido Socialista, integrar la coalición Nupes, la coalición de izquierda con el partido La Francia Insumisa liderado por el izquierdis­ta radical JeanLuc Mélenchon, los ecologista­s y el partido comunista. Faure defendía que era la única manera, vistos los resultados en los comicios presidenci­ales, de poder hacer oposición y seguir teniendo un papel en la vida política.

La coalición Nupes quedó en segundo lugar en las legislativ­as de junio y es hoy la primera fuerza parlamenta­ria en la oposición a Emmanuel Macron. Sin embargo, muchos socialista­s no vieron bien ese acercamien­to a la izquierda radical de Mélenchon, consideran­do el movimiento una especie de traición a los valores y la tradición de un partido histórico reducido a cenizas.

Nadhim Zahawi llega a Downing Street.

compañías Balshore Investment­s y Berkford Investment­s, con base en el paraíso fiscal de Gibraltar. Supuestame­nte, Zahawi tampoco declaró sus intereses en la Cámara de los Comunes.

En su carta de renuncia, Zahawi prometió su apoyo al premier y pidió disculpas a su familia por el impacto del escándalo de sus problemas con el fisco.

El congreso de la formación valida a Olivier Faure como secretario general

La decadencia del Partido Socialista se evidenció en las presidenci­ales

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AFP El recién reelegido secretario del Partido Socialista francés, Olivier Faure (izqda.), y el ex candidato Nicolas Mayer-Rossignol (drcha.), ayer, en Marsella.
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