La Real enfría el Bernabéu
FÚTBOL El Madrid, con momentos de buen fútbol, no materializa sus oportunidades ante un ejemplar rival lastrado por las lesiones
Lo quiso el Madrid, con lo mejor que puede ofrecer ahora mismo, y se lo negó la Real, con su cabal resistencia, propia de un equipo acostumbrado a las alturas, capaz de competir en las condiciones más precarias. Suya fue ayer la última ocasión de una bonita noche de fútbol, en botas de Carlos Fernández. Vayan los reconocimientos al empuje madridista, con minutos de gran fútbol y la corajuda réplica donostiarra. El liderato queda ahora a cinco puntos lejos para los blancos, incapaces de concretar sus ocasiones ante Remiro. Pero siguiendo esta línea, aún queda mucha Liga por delante.
Igual que el Barcelona, que avanza y avanza aun con la baja de Lewandowski, privilegiando resultados por la mínima a otras alharacas estilísticas, el Madrid también ha de sostenerse con un esfuerzo mucho mayor de lo que ofrece su juego. En la previa, enarcando las cejas, Ancelotti lo explicó con meridiana rotundidad: «No tenemos una identidad clara en otra banda, abusaría de Muñoz con otra soberana muestra de su habilidad. Los mejores minutos del Madrid desde que sus estrellas volvieron del Mundial. Un regalo para los sentidos. Aun sin la recompensa del gol, la gente de Chamartín pudo disfrutar a lo grande, con vítores personalizados para Kroos.
La Real, por supuesto, no iba a dejarse amedrentar por la grandiosidad del escenario. Pese a sus 10 lesionados, incluidos algunos ilustres como Mikel Merino, David Silva o Ander Guevara, el equipo de Imanol Alguacil volvió a moverse con envidiable garbo competitivo. Ellos saben salir incluso ante una presión tan temible como la liderada por Rodrygo y Fede Valverde. O aguantar a pie firme cuando el rival lo intenta por dentro y sacar sus guantes con la presteza de los pesos pesados. Que Sorloth no llegase a ese balón de Oyarzabal envuelto en música o que el disparo de Illarramendi se perdiese a un palmo de la madera, no exime de mérito a los txuri-urdin. El único borrón de la primera parte, atribuible a Brais Méndez, fue corregido por Remiro, con un pie salvador en el mano a mano ante Vinicius.
Desde la zona técnica, Ancelotti asentía satisfecho, únicamente atormentado por los achuchones de Le
Rodrygo comandó el ataque blanco, pero los guantes de Remiro salvaron a la Real
El cambio de esquema de Ancelotti se tradujo en buenos minutos de fútbol de los blancos