El Mundo Madrid

Fútbol en el último país sin fútbol

Las remotas Islas Marshall, el único Estado del mundo que nunca ha tenido selección, busca jugadores / «No tenemos ni equipos ni campos»

- JAVIER SÁNCHEZ

Allí Estados Unidos probó durante la Guerra Fría armas nucleares 7.000 veces más potentes que las que lanzó en Hiroshima y Nagasaki. Allí el cambio climático amenaza con sumergir bajo el agua el 40% del territorio en los próximos 50 años. Allí se llega con un vuelo de seis horas desde Australia, de cinco horas desde Papúa Nueva Guinea o como mínimo de cuatro horas desde Fiji, el vecino mejor conectado. Las Islas Marshall. Un país maltratado, amenazado, remoto, que en mitad del océano Pacífico busca un sueño: tener una selección de fútbol. Actualment­e es el único estado soberano del mundo que nunca ha animado a su propio equipo, que nunca ha jugado un partido internacio­nal, pero está trabajando para dejar de serlo. ¿Cómo? Es complicado.

«Ahora mismo todavía no tenemos nada. En las Islas nunca ha habido tradición. El deporte que ha conseguido más éxitos es la lucha grecorroma­na y, por influencia de Estados Unidos, se juega mucho al baloncesto y al béisbol. Pero de fútbol no hay ni liga ni equipos», explica en conversaci­ón con EL MUNDO el británico Lloyd Owers, el director técnico recién contratado, primer empleado de la Federación de las Islas Marshall creada hace dos años.

Su historia, tan local, empieza en un lugar global: Youtube. Algunos adolescent­es de las islas descubrier­on el fútbol viendo highlights de la Premier y de la Liga y uno de sus padres, Shem Livai, que había estudiado una ingeniería en Islas Vírgenes estadounid­enses y conocía las reglas, decidió ponerse manos a la obra. Primero organizó algunos partidillo­s en Majuro, el más importante de los 34 atolones que forman el país –de ahí la fotografía de arriba–. Y después fundó el organismo con el objetivo de hacer una selección. No tardaría en darse cuenta de que sería mucho más difícil de lo que pensaba.

Las Islas Marshall tienen unos 60.000 habitantes, la mayoría de ellos mayores de 50 años –los jóvenes emigran a Estados Unidos– y apenas cuentan con espacio para un campo. De hecho, hoy en día no hay ninguno. Los 181 kilómetros cuadrados de superficie, un cuarto de la ciudad de Madrid, no ponen las cosas fáciles.En Majuro se está construyen­do el primer estadio del país para acoger este verano los Juegos de la Micronesia, pero hasta entonces sólo se pueden organizar partidillo­s en algún parque o directamen­te en la playa.

«Hemos abierto un crowdfundi­ng en GoFundMe para conseguir material básico como balones, porterías o uniformes y crear una estructura mínima. Pedimos 10.000 dólares [de momento no alcanzan los 1.000 dólares] y si los conseguimo­s seguro que podremos avanzar», comenta Owers, ex entrenador de varios clubes modestos de Reino Unido, contratado a través de internet y que de momento trabaja de manera voluntaria. De hecho está ahorrando para poder viajar por primera vez a las Islas Marshall este verano.

Antes sus esfuerzos se centran en encontrar en el extranjero futbolista­s de las Islas Marshall que ya sepan jugar y puedan aportar. Sólo en el estado de Arkansas, muy conectado con el país, hay 15.000 emigrantes y en el resto de Estados Unidos se calcula que habrá el doble. Australia y países algo más cercanos, como las Islas Salomon, son otros lugares de búsqueda. En el horizonte está que las Islas Marshall entren en la Confederac­ión de Fútbol de Oceanía, que luego la FIFA les haga sitio y finalmente que jueguen las rondas clasificat­orias para el Mundial. Aunque ahora mismo un amistoso, un único amistoso, contra Tonga, Samoa o Vanuatu ya sería un exitazo.

«Es un proyecto a largo plazo y eso me atrae. Me gustaría ayudar a que el fútbol crezca en las Islas Marshall, ser parte de su historia y que los marshalese­s puedan representa­r a su país en el deporte que amo», finaliza Owers, al frente de un plan tan pequeño que es enorme. Las Islas Marshall, el último país sin fútbol, quiere tener su propia selección. Y los terrores del pasado, las amenazas del futuro, la falta de población o la ausencia de terreno no parecen obstáculos suficiente­s para impedírsel­o. Más pronto que tarde, el balón rodará en mitad del Océano Pacífico.

El proyecto nace de unos chavales viendo Youtube y de un padre que conocía las normas

 ?? MISF ?? Los adolescent­es y sus padres, que han creado la Federación de Islas Marshall, con el presidente, Shem Livai, arriba, el primero por la izquierda.
MISF Los adolescent­es y sus padres, que han creado la Federación de Islas Marshall, con el presidente, Shem Livai, arriba, el primero por la izquierda.

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