El dilema sin salida de Villacís
MÁS MADERA. El PP no sólo espera incorporar a la líder madrileña de Cs, sino que ultima también el fichaje de la ‘número dos’ del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández
Con las cartas ya puestas sobre la mesa, la principal conclusión del culebrón Villacís es que ahora mismo la vicealcaldesa de Madrid puede perderlo todo y acabar muriendo en la orilla de la precampaña, sin converger con el PP y fuera de juego en Ciudadanos. O sea, compuesta y sin fichaje. Porque Alberto Núñez Feijóo ha delegado en Isabel Díaz Ayuso la decisión final y ésta le ha cerrado el paso con cajas destempladas, mientras José Luis Martínez-Almeida abonaba ese mismo terreno, aunque con la prudencia del ademán perfilero. Por ahora. De repente, Begoña Villacís se ha encontrado a sí misma en el centro de un dilema despiadado, más digno de la teoría de juegos que de los andurriales pedestres de la política municipal. Si recoge cable después de haber pedido libertad para el maridaje con el PP, se encaminará con toda probabilidad a un resultado estéril, con su caudal electoral herido de muerte. Y si da el paso de llamar al timbre de Génova, no tiene asegurado que la inviten a pasar esos mismos que tanto la tentaron.
¿Ha sido todo una jugada maestra de Elías Bendodo para dar la puntilla al principal activo electoral de la formación naranja y conseguir su botín de votantes sin ceder nada cambio? Esta pregunta recorría el PP ayer. Y la respuesta oficial es que no. Que en ningún caso. La dirección nacional de los populares sigue defendiendo su fichaje, a pesar del puyazo en la yema que le dio Ayuso ayer: «Lo mejor de Cs ya se vino conmigo».
«Si quieres hacer una tortilla, tienes que romper los huevos», justifican [en pleno brote de salmonelosis en Madrid] en la cúpula nacional del PP. La estrategia de absorción de Ciudadanos que ha liderado Bendodo se ha producido en estos meses «de forma sigiliosa». El contador de cargos que han dado el salto desde la formación naranja al PP va ya por 160. «Los más mediáticos sí hacen ruido, pero es la dirección regional la que lidera», despejan en el equipo de Feijóo. En su reunión del pasado lunes 23 –a solicitud de la propia Villacís–, Bendodo le dijo que hablase con Almeida y luego con Ayuso, pero la vicealcaldesa no lo ha hecho aún, según ha confirmado este diario. «Debe ser inteligente, definir su situación y calmar las aguas un poco», insisten en la cúpula del principal partido de la oposición.
Eso sí: las conversaciones no se iniciaron el pasado lunes. Hace unas semanas, Villacís les planteó a algunos populares llamar a la puerta de la planta noble de Génova
–o sea, a Feijóo o a Cuca Gamarra–, para plantear la posible confluencia en Madrid. «Quería entrar por la puerta grande para sortear a Ayuso y posicionarse con fuerza ante Almeida», explica uno de los conocedores de las conversaciones. «Empezó a dudar: que sí, que no, que sí, que no... y luego acabó echándose para atrás porque no lo vio buen momento». Hasta que el viernes pasado se aceleró todo.
En esa misma séptima planta a la que apuntó Villacís no descartan nada aún, ni siquiera ficharla para la política nacional. Aunque inciden en que «sería interesante que se produjera un movimiento más amplio». ¿Cuál? «Que Inés Arrimadas decidiera que en cada territorio los candidatos de Cs pudieran elegir ir con el PP», justo como ha pedido la vicealcaldesa madrileña. Sobre todo, prosiguen las fuentes, para autonomías en las que una confluencia del centroderecha bajo las siglas del PP les facilitaría desbancar a los barones del PSOE. Citan tres: Aragón, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. Cosa que la nueva cúpula de Ciudadanos rechaza de plano.
Los movimientos del PP para fichar a Villacís vienen de lejos... y no son los únicos. Génova también ultima la incorporación de la segunda vicealcaldesa más importante de Cs, la de Zaragoza. Sara Fernández renunció hace dos semanas a liderar la papeleta naranja en las elecciones del 28-M, y prepara ya el salto a la candidatura popular, según ha corroborado este diario de fuentes de toda solvencia. Todo está atado, hasta los tiempos. El PP cuenta con estudios demoscópicos sobre ambas, con resultados muy positivos tanto en valoración como en nivel de conocimiento de los electores. Especialmente, en el caso de la madrileña.
Al final, la opción menos mala para Villacís, para Feijóo, para Almeida y para Ayuso será aquella en la que los cuatro cedan lo mínimo posible a cambio de conseguir las mayores ganancias complementarias. Es el famoso «equilibrio de Nash», o sea teoría de juegos, en efecto. Pero eso, claro, implicaría que todos cediesen en algo, y por ahora sólo lo ha hecho Villacís.
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