¿Beneficia el cambio del INE al Gobierno?
El cambio metodológico del INE es bienvenido por los expertos consultados por este medio, que creen que ahora la fotografía de la inflación en España será más completa, pero genera dudas respecto al cómo y al cuándo.
¿Por qué ahora?
El INE se vio sometido en 2021 y 2022 a muchas críticas por no incluir en la evolución de los precios de la electricidad y el gas lo que pagaban los consumidores que estaban en el mercado libre y medir únicamente lo que abonaban los del mercado regulado. Tras las negociaciones con las compañías eléctricas, hoy disponen de datos del 80% del mercado libre, que reciben periódicamente cada mes y a los que acceden de forma totalmente gratuita.
¿Qué implica?
Cuando los precios del gas empezaron a subir en la recuperación de la pandemia, el precio de la electricidad en España se disparó y, dada su influencia en la cesta de consumo de los hogares, provocó que el IPC subiera a cotas muy elevadas que no habría alcanzado de haberse incluido la evolución del precio de la electricidad en el mercado libre. Este IPC «sobrevalorado» provocó, por ejemplo, que el Gobierno incurriera en un gasto muy elevado al revalorizar las pensiones y que muchos contratos legales (como los de alquiler) se revalorizaran conforme a ese indicador.
De la misma forma, el IPC ha estado infravalorado en la recta final de 2022, cuando el mercado regulado ha bajado de precio a raíz del tope al gas aprobado por el Gobierno. Si el IPC hubiera incluido el precio del mercado libre, la bajada experimentada por el índice hubiera sido menor.
¿Cómo afectará en 2023?
Todo depende de cómo evolucione el precio del gas, pero si la tendencia actual permanece, la inflación será más elevada de lo previsto al incluir el precio del mercado libre, ya que no baja al mismo ritmo que el del mercado regulado e incluso sube en algunos casos en los que se están revisando contratos.
«Durante los últimos años, la omisión del mercado libre seguramente ha resultado en la sobrevaloración de la inflación. Meterlos ahora podría tener un efecto parecido, pues en estos momentos el precio del mercado spot tiende a la baja mientras que los de muchos contratos libres están subiendo tras revisiones anuales o bianuales», apunta a este medio Ángel de la Fuente, director de Fedea. Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, admite que al tener la electricidad un peso elevado, «es posible que se produzca alguna distorsión», aunque apunta a que la inclusión de los datos del mercado libre limitará la volatilidad del precio.
¿Son comparables los datos?
No, y ese es el principal problema. «Es importante que estos cambios se hagan de tal forma que se garantice la comparabilidad y homogeneidad de las series. En principio eso se garantiza mejor en los momentos en que se produce un cambio de base», apunta Gregorio Izquierdo, director general del IEE y experto en estadística. La última vez que se cambió la base fue en 2021 y la próxima será en 2026.
Coincide con él Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas: «Ahora estamos comparando cosas incomparables», y José IgnacioConde Ruiz, investigador de Fedea, quien cree que «lo lógico hubiera sido esperar a que pase un año y con ello la gran subida por la guerra para hacer el cambio». «El INE ha sido muy honesto en hacer el cambio que se le pedía, pero particularmente creo que de alguna manera distorsiona el análisis de la inflación de los próximos meses», señala a EL MUNDO Manuel Hidalgo, investigador en EsadeEcPol.
¿Se podría solucionar?
Los investigadores piden al INE que divulgue los datos de cómo quedaría la inflación si no se hubieran hecho cambios, para poder seguir teniendo una serie comparable. «No estaría de más que el INE sacara dos series, una con la metodología nueva y otra con la vieja, idealmente extendiendo hacia atrás la serie nueva, pero si esto no es posible, al menos que prolonguen la vieja una temporada hacia delante para poder compararlas», pide Ángel de la Fuente, director de Fedea.
¿Qué dice el INE?
El INE es consciente de que la inclusión de estos datos ahora genera una distorsión, pero considera que es «asumible». «En cada comienzo del año hay cambios y se genera una incomparabilidad, pero es asumible y sucede anualmente. Hemos sopesado si el cambio era de suficiente envergadura como para hacer un cambio en la serie, y no lo es», defienden. Descartan por tanto publicar la serie con la metodología antigua y recuerdan que su cambio ha sido avalado por Eurostat.