Ribera pide a las energéticas ayuda en el gas
Urge a las ‘grandes’ del sector a unirse a la plataforma de compras conjuntas de la UE
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha movido ficha para prevenir un nuevo foco de tensión con el sector energético a causa de la plataforma de compras conjuntas de gas que está diseñando la Comisión Europea. Responsables del ministerio llamaron hace unos días a las cinco grandes del sector -Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol y Cepsa-, para tratar de vencer su resistencia al plan de abastecimiento centralizado de Bruselas, según coinciden varias fuentes conocedoras de estas conversaciones.
Desde Transición Ecológica han aprovechado los recientes contactos para tantear, individualmente, la voluntad de cada una de las grandes energéticas del mercado español de respaldar el citado plan de compras conjuntas. El ministerio trata de conseguir que las empresas españolas se incorporen, motu proprio, a la plataforma comunitaria. De lo contrario, el Gobierno podría barajar algún ajuste normativo para forzar su participación, otra intervención que podría desencadenar un nuevo desaguisado regulatorio en el sector.
En el último encuentro que el sector mantuvo con altos cargos del ministerio para abordar este asunto, el 28 de diciembre, las energéticas ya pusieron negro sobre blanco sus recelos frente al plan europeo, que aún se encuentra en una fase muy incipiente.
Los acuerdos comerciales entre proveedores y grandes compradores de gas se gestionan en la más estricta confidencialidad, no en vano, en el sector se refieren a estos contratos como la «fórmula de la Coca-Cola» del negocio energético. Ninguna empresa quiere ser la primera en desvelar sus cartas sin tener claro si el resto de sus iguales europeos se sumarán a la plataforma.
En el sector hay consenso sobre la complejidad del plan de la UE, sobre todo, a la hora de armonizar intereses y consensuar el reparto del suministro entre los Veintisiete. Tampoco está clara la estructura societaria de la futura plataforma. En algunos casos, ni siquiera es el grupo que opera en España, sino su matriz, quien tiene la última palabra.
Al Gobierno le urge consolidar su compromiso con Bruselas, dada la negociación en ciernes para sacar adelante la prórroga del tope al gas. Pero la situación de puertas para adentro es complicada. Las recientes llamadas se han producido los días previos a la primera liquidación del nuevo impuesto a las grandes energéticas y después de que el Ejecutivo haya propuesto a la UE una reforma histórica y no consensuada del mercado eléctrico. Pese al mar revuelto del sector, el Gobierno confía en presentarse en Bruselas con una lista de aliados al plan estrella de la Comisión para capear el próximo invierno.