Renault cede el control de Nissan a cambio de salvar su alianza
Ambas mantendrán una participación cruzada del 15% como máximo y con derecho a voto
Tras 24 años de una alianza entre iguales cimentada en la desigualdad, Renault y Nissan están más cerca de tratarse de tú a tú. Las dos compañías anunciaron ayer un acuerdo histórico que supondrá que ambas mantengan participaciones cruzadas de capital del 15%, que se obligan a mantener y a no superar; y que les dará derechos de voto exactamente en ese porcentaje.
La medida tiene que ser ratificada por los consejos de administración de ambas compañías y su consecuencia inmediata es que la Renault dejará DATOS de tener el control sobre el constructor nipón como sucede hoy, gracias a que posee un 43,4% de él, aunque por ley le bastaba con un 33,4%.
La segunda: Nissan tendrá voz y voto en la francesa, donde el 15% que ya posee no le servía para nada. Mientras,
con el mismo porcentaje, el Estado galo tiene derecho a veto.
Pero, sobre todo, permite ver la luz al final del túnel en el proceso de reestructuración de la alianza, a la que en 2016 sumaron a Mitsubishi.
Las negociaciones se aceleraron el pasado octubre entre los consejeros delegados, Luca de Meo por el lado francés, y Makoto Uchida, por el japonés. Pero Nissan llevaba años descontenta con el statu quo y hay analistas que ven en la detención a finales de 2018 de Carlos Ghosn, amo y señor de la alianza, una jugada suya para forzar la máquina.
La nipona había sido salvada de la quiebra en 1999 por Renault y para ello, a Ghosn no le tembló la mano, anunciando 21.000 despidos y el cierre de cinco factorías. Pero el plan dio sus frutos y durante muchos años, Nissan aportó una gran parte de los beneficios de Renault.
El principio de acuerdo prevé que esta última transfiera el 28,4% de las acciones de Nissan sobrantes a un fideicomiso francés, donde los derechos de voto serán «neutralizados» para la mayoría de las decisiones. Hasta que venda los títulos, Renault se beneficiará de derechos como los dividendos.
En principio, no hay un plazo para desprenderse de esas acciones y el grupo galo decidirá cuándo se dan las condiciones económicas adecuadas. Hoy, su cotización es inferior al valor en los balances. Pero sí está obligado a que la venta –que le podría reportar 4.000 millones– se lleve a cabo ordenadamente para evitar una depreciación masiva.
A cambio, Nissan entrará en Ampere, la división de coches eléctricos y software, para «convertirse en accionista estratégico» de esta una unidad, una de las cinco en las que se ha dividido Renault.
POSIBLE FRICCIÓN
Asimismo, está previsto relanzar la colaboración con proyectos en América Latina, India y Europa que serán desarrollados a nivel de mercados, vehículos y tecnologías.
En este sentido, la mayor fricción puede llegar con Horse, la joint venture creada al 50% entre Renault y la china Geely. Suministrará sistemas de propulsión, cambios de marchas o baterías para coches de combustión o híbridos. Pero no los fabricará, por lo que en España afectaría sólo a la planta de motores de Valladolid y a la de caja de cambios de Sevilla. Nissan tiene dos factorías, en Ávila y Cantabria, que hacen piezas para auto.
El temor de la japonesa es que se produzca una transferencia de tecnología hacia Geely, dueña de marcas como Volvo, Polestar o Lynk & Co.
«No se trata de una victoria de Nissan», aseguraba una fuente consultada por AFP tiempo atrás. Porque si su «frustración» era muy visible, el grupo francés también estaba insatisfecho de la situación y quería «normalizarla» para que la cooperación se volviese más eficaz y rápida.
En 2022, la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi fue el cuarto productor mundial, con 6,15 millones de vehículos. El Grupo Toyota repitió por tercer año como lider, con 10,4 millones.