De Barcelona a «ojalá» Broadway con escala en Madrid
Aunque nació y vivió toda su infancia en Sabadell, Iván Clemente (2002) supo desde temprana edad que su futuro se encontraba en Madrid, «epicentro de la actuación, el teatro y los musicales en España», según reconoce, y que en esta ciudad se convertiría en «todo un hombre» en el campo actoral. Formado inicialmente en el seno de una familia de artistas catalanes, siempre ha contado con el apoyo de sus padres, y en 2018, junto a su madre Mariona, decidió trasladarse a la capital.
«A mi madre se lo debo todo. Primero me dio la vida y luego dejó atrás todo lo que había construido para que yo pudiera cumplir mis sueños en esta ciudad. Mi padre y mi hermano también han hecho lo suyo y me motivaron desde el principio para que viniera a estudiar aquí y labrara mi camino en la actuación», menciona emocionado a GRAN MADRID el joven actor catalán, al hacer referencia del apoyo que ha recibido de su familia, que se mantiene unida a pesar de la distancia. «Vivo solo con mi madre ya que mi hermano se quedo acompañando a mi padre porque no podía dejar su trabajo».
De su talento para la actuación se tuvo certeza desde temprana edad. Hacía el «payasete» ante su grupo de amigos y de familiares, que sorprendidos quedaban con cada una de sus brillantes y memorables prematuras actuaciones. «En realidad quería ser piloto de Formula 1, pero como me encantaba trasmitir mis emociones y contagiar de estas a mis allegados, preferí inclinarme por la actuación, además soñaba con hacer el rol de Spiderman en algún musical. Así fue cómo por mi característica extroversión, me incliné por las tablas desde muy niño y me apuntaron a distintas academias teatrales». En 2009, motivados por el entusiasmo del precoz actor, sus padres lo inscribieron en el Centre Artístic Agnès Miralbell y, un par de años después, en 2011, continuó en la Escola Superior d’Art
Dramàtic en Barcelona. Su debut profesional en las tablas se dio de igual manera muy pronto. En 2012, con tan solo 10 años, hizo parte de la obra Rusalka en el Gran Teatre del Liceu.
La Leyenda de la Ciudad Invisible de Kitej. Ya en 2018 llega a Madrid, con una beca de la Escuela de Artes Escénicas Victor Ullate, en la que culminó satisfactoriamente sus estudios de actuación integral.
Al igual que otros muchos jóvenes, durante la pandemia sus sueños parecieron desvanecerse. En aquel entonces, tras haberse formado para ser un actor más completo y con unos años más de experiencia, la crisis económica hizo que el proyecto en el que participaba fuera cancelado. Como era natural la situación le desmotivó. Sin embargo, nuevamente, el apoyo incondicional de su madre y una gigantesca oportunidad que le tenía preparada el destino hicieron que Iván desfalleciera en su intención de triunfar en el mundo del teatro.
De esta forma, desde finales de 2022 en el Teatro La Latina, encarna a Pascal Mondain en el musical Los Chicos del Coro, un musical adaptado de la homónima y aclamada película francesa, a la vez que sigue estudiando en la Real Escuela Superior de Arte Dramático.
«Doy gracias a la vida por el regalo que me ha dado por actuar con actores tan importantes como Jesús y Rafa Castejón, Natalia Millán o Eva Diago, y sobre todo por compartir con niños actores de todas las edades llenos de talento, que al igual que yo, aman la actuación desde muy pequeños».
Va paso a paso. Solo tiene 20 años, y como él muy bien dice: «acabo de salir de la adolescencia y me queda aún mucho aprender», aunque tiene claro que dentro de algunos lustros quisiera actuar en Broadway, y, «¿por qué no?», ganar un premio Tony, el más prestigioso en el mundo teatral.