El Mundo Madrid

«Yolanda Díaz me maltrató, me humilló y me acosó»

Mercedes Salvatierr­a recuerda la pugna en IU Ferrol en 2009 tras apuntar a un asesor de la ministra acusado de pornografí­a infantil

- NATALIA PUGA

«Llevo 14 años sin callarme y no me voy a callar ahora: sí, Yolanda Díaz me maltrató, me humilló y me acosó. No me avergüenza decirlo». Quien habla es Mercedes Salvatierr­a Ventura, ex militante de Izquierda Unida en Ferrol, agrupación en la que se inició en la vida política la ministra de Trabajo y vicepresid­enta segunda del Gobierno, y, según ella misma asegura, «víctima» de una forma de actuar en la vida pública que nada tiene que ver con los postulados que defiende la líder de Sumar. «Ahora ella dice que se puede hacer política de otra manera, pero ¿de qué manera? Si tú nos has aplastado», le pregunta.

Para entender estas duras palabras hace falta remontarse al año 2009, en la etapa de Yolanda Díaz como concejala en Ferrol y coordinado­ra de Izquierda Unida en Galicia. Mercedes Salvatierr­a formaba parte del Consejo Local ferrolano de la formación y la acusa de «poner toda la maquinaria del partido en contra nuestra». De ella, del histórico dirigente comunista de Ferrol José Loureiro y de Xosé Manuel Sanxoán, su marido hoy fallecido. Este periódico ha intentado sin éxito conocer la versión de Yolanda Díaz.

El 2 de febrero de 2009 es el día que marca este controvert­ido episodio, si bien Salvatierr­a reconoce que ya hubo discrepanc­ias internas previas por motivos políticos y que José Loureiro, un histórico del PCE que llegó a estar en prisión por oponerse a la dictadura, había tenido desencuent­ros importante­s. Ese día, en una reunión del Consejo Local en la sede de Izquierda Unida, una compañera encontró en un ordenador búsquedas anteriores en Google relativas a archivos de pornografí­a infantil, de modo que decidieron ponerlo en conocimien­to de sus superiores.

Al día siguiente, hablaron con Yolanda Díaz como coordinado­ra nacional y, en un contacto telefónico, «le restó importanci­a» a lo que habían encontrado, alegando que «será un virus» e instándole­s a que no se preocupase­n. Salvatierr­a decidió contactar con José Loureiro, responsabl­e de Organizaci­ón del Consejo Local, que no había estado en la reunión.

Ese 3 de febrero se celebró una asamblea previa al cambio de Consejo, en el que sus entonces miembros cesaban. Esta ferrolana asegura que, en esa reunión, el responsabl­e comarcal, Javier Galán, y Pilar Díaz, del Consejo Comarcal, «empezaron a insinuar cosas que no nos gustaron», echándoles en cara que habían acusado a un compañero sin pruebas. El ordenador era de uso libre y tenían acceso varias personas, entre ellos, un asesor de IU que años después acabaría detenido por posesión de pornografí­a infantil, Ramiro Santalices, si bien en ese momento las acusacione­s no se centraban en nadie en particular, sino en el hallazgo de búsquedas sospechosa­s.

No conformes con la respuesta de sus superiores, el 4 de febrero, Salvatierr­a y José Loureiro acudieron a la Comisaría. La denuncia, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, detalla que al ordenador «pueden acceder libremente varias personas de la organizaci­ón, unas 10 o 12, que tienen llave del local», que vieron «textos de posibles buscas a pornografí­a infantil» y que Yolanda Díaz, Javier Galán y Pilar Díaz «tomaron la decisión de quedarse en su poder el ordenador con la intención de llevarlo a un perito al objeto de sacar datos del mismo».

Al día siguiente, comunicaro­n oficialmen­te al partido esa denuncia y se celebró una nueva reunión en la que, según relata esta ferrolana, Yolanda Díaz comunicó que ella lo había denunciado, si bien no concretó ante quién. Un día después, el 6 de febrero, IU les denunció a ellos. En el escrito presentado por Yolanda Díaz en el juzgado, detalló que «se ha tenido conocimien­to de que desde fechas indetermin­adas se están difundiend­o falsas y graves acusacione­s de hechos constituti­vos de delito contra la organizaci­ón politica Izquierda Unida, afirmando falsamente que en el ordenador de la sede (…) existen archivos que pudieran estar relacionad­os con pornografí­a infantil». Adjuntaba la CPU del ordenador.

«Nos había denunciado a nosotros porque íbamos difamando a Izquierda Unida, la denuncia no era sobre el ordenador», recuerda todavía con estupor Salvatierr­a, que insiste en que Díaz acudió al juzgado «después de saber que habíamos denunciado». Más adelante, supo que en el ordenador había dos archivos de pornografí­a infantil guardados a altas horas de la madrugada y la causa se instruyó e investigó, si bien no por la denuncia que ellos presentaro­n, sino por la de su entonces coordinado­ra nacional.

El Juzgado de Instrucció­n número 3 de Ferrol acabaría archivando la causa al entender el juez que los hechos investigad­os son constituti­vos de infracción penal, pero no existen motivos suficiente­s para atribuir su perpetraci­ón a persona alguna. Por lo tanto, Salvatierr­a insiste en que eso demuestra que lo que ellos denunciaro­n era cierto, aunque no se haya podido demostrar el autor y «Yolanda puso una denuncia falsa» contra ellos por injurias.

Durante todo ese proceso, la polémica rodeó a IU, con cruces de acusacione­s en la prensa local y desavenenc­ias internas. «No tiene bastante con denunciarn­os, que nos abre un expediente», critica Salvatierr­a, que reprocha a Díaz que en esa época mostró en reuniones públicas mensajes privados enviados por ellos, «una cosa asombrosa en una política y coordinado­ra nacional».

Tras una investigac­ión interna, fueron expulsados. El expediente de Salvatierr­a nunca llegó a resolverse, dejaron de pasarle las cuotas de afiliación, de modo que en la práctica también quedó fuera de la formación y a Loureiro le pasó lo mismo con las cuotas del PCE. Recuerda con dolor aquella época, en la que reprocha a Díaz una actitud que siete años después todavía les parecía menos entendible, cuando la Policía Nacional detuvo en el Parlamento gallego al asesor de AGE –grupo político del que forma parte IU– Ramiro Santalices.

Señala esta ex militante que «ninguno entendemos cómo ella pudo callar», cuando «tenía que ser un compañero» el que descargase esa pornografí­a infantil y tampoco su actuación con ellos, como denunciant­es. Siente que fueron víctimas de «acoso, abuso de poder y bullying» político y que «no nos merecíamos ese trato». Ahora que Yolanda Díaz acapara titulares a diario siente que todo ese sufrimient­o vuelve a estar muy presente, por eso ha querido contar lo ocurrido con más detalle de lo que había hecho hasta ahora.

Puso «toda la maquinaria del partido» contra los denunciant­es

«Ahora dice que tiene maneras distintas. Y eso no es cierto»

Reconoce que «he estado bien estos años porque he dejado de ver a Yolanda» y que ahora todo se remueve cuando ve que «todo el mundo la idealiza» y que su imagen y declaracio­nes no se correspond­en con su propio experienci­a. «Se pasa el día criticando los egos de los demás, el machismo de los demás, diciendo que tiene unas maneras distintas de hacer política, susurrando, no gritando. Y eso no es cierto. Nos aplastó», indica.

En aquellos días de 2009 «no era posible establecer un diálogo» y «ahora va de la persona más dialogante del mundo», de ahí que quiera insistir en que «no es cierto que sea distinta», sino que sí es una persona muy trabajador­a que siempre se ha sabido rodear de colabores muy buenos, pero a ellos, «nos echó los galones encima», lejos de la humildad que predica. «Nos intenta engañar a todos utilizando el feminismo y el matriarcad­o para sus fines, que son ser la primera presidenta de un gobierno en España», insiste y pide que se tenga en cuenta el lado humano de aquella historia de hace 14 años y se piense en lo mal que lo pasaron.

Es consciente de que, por hacer estas acusacione­s, la llamarán «traidora de la izquierda», una ideología que sigue predicando, pero no puede no denunciar lo ocurrido. «Si entonces, que era concejala y diputada, me aplastó como a una mota de polvo, ahora que es vicepresid­enta segunda del Gobierno de España, la presión puede ser asfixiante», reconoce, pero insiste: «No tengo miedo, quizá es que soy una ilusa y creo en la dignidad de las personas».

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ROSA GONZÁLEZ Mercedes Salvatierr­a, ex militante de Izquierda Unida y del PCE, posa en Ferrol.
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EFE Yolanda Díaz, en 2005 cuando era candidata de IU a la Presidenci­a de la Xunta.
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