Un Donbás bielorruso y a la inversa
Lukashenko acusa a la OTAN de agitar una rebelión en la zona fronteriza de Kobrin
El presidente de Bielorrusia cree que hay un complot para quitarle territorios mediante un alzamiento apoyado desde fuera del país. Dos años después de permitir a Vladimir Putin usar su frontera sur con Ucrania para que las fuerzas rusas marchasen hacia Kiev para deponer al gobierno ucraniano, Alexander Lukashenko alerta ahora de que la oposición bielorrusa planea apoderarse de una provincia en el oeste de su país –junto a Ucrania y Polonia– y solicitar apoyo de las tropas de la OTAN.
Lukashenko suele referirse con frecuencia a los riesgos de un ataque de la OTAN o de Ucrania como justificación para mantener su aparato militar y de seguridad en constante estado de alerta y seguir escalando en la represión. Considerado un aliado clave de Vladimir Putin, preside desde 1994 un régimen en el que todas las principales figuras de la oposición están en prisión o han sido obligadas a exiliarse en países como Lituania, Letonia o Polonia.
Lukashenko alertó esta vez del «alto riesgo» existente de que se produzcan incidentes militares en la frontera con Ucrania y acusó a las autoridades de Estados Unidos de hacer «todo lo posible» por llevar al país al conflicto armado. Todo ello en el marco de la invasión rusa de Ucrania, que él mismo ha posibilitado.
Para el dictador bielorruso la amenaza está en la zona de Kobrin, en la provincia de Brest, una tranquila zona situada en el vértice suroeste de Bielorrusia en la confluencia del río Mujavets con el canal Dnieper-Bug.
A lo largo de la historia ese territorio ha pertenecido al Gran Ducado de Lituania, a la unión polaco-lituana, al Imperio ruso, a la Segunda República Polaca y también a la Bielorrusia soviética. En 1944 la ciudad de Kobrin
fue recuperada por el Ejército Rojo. Desde 1991 forma parte de la República independiente de Bielorrusia. «No sé por qué eligieron el distrito de Kobrin, hablan mucho de apoderarse de él... y apelar a la OTAN para que despliegue tropas», aventuró Lukashenko, dirigiéndose a la Asamblea Popular de Bielorrusia. No aportó pruebas de sus acusaciones.
El planteamiento de Lukashenko entronca con la narrativa oficial rusa en tiempos de guerra, donde es constante la acusación continua y sin pruebas de que tanto Hungría como Polonia también se disponen, igual que lo ha hecho Rusia ya, a anexionarse territorios ucranianos.
El líder bielorruso ha decidido trasladar varios batallones situados en la región de Vitebsk, en la frontera con Rusia, a zonas de la parte occidental del país, como si de verdad preparasen un enfoque disuasorio ante un eventual ataque. «El principal riesgo ha sido creado en Ucrania. Washington está haciendo todo lo posible para llevarnos a ese conflicto y debilitar
Lukashenko dice que Polonia y Hungría también atacarán Ucrania
al este de Europa», añadió tras dibujar un escenario (el de alzamiento local apoyado por ejército extranjero) que en realidad coincide con el impulsado por Moscú en la región ucraniana de Donbás en 2014.
Sobre la situación en el frente, Lukashenko volvió a equiparar a invasores e invadidos. Lamentó los fuertes combates y la pérdida de vidas en el campo de batalla ucraniano, y señaló la falta de munición y personal por parte del Ejército ucraniano.