MÁS DÉBIL, MENOS CREÍBLE E IGUAL DE CUESTIONADO
El tacticismo no solventa la investigación a Begoña Gómez, la fragilidad del Gobierno, los casos que rodean al PSOE y la falta de Presupuesto
Cinco días en fuga para «reflexionar», sumir el país en la incertidumbre, aglutinar a los suyos al grito de «quédate, te necesitamos», interferir en la campaña catalana y desconcertar a propios y extraños y diez minutos para anunciar que se queda, que la «movilización social» le ha convencido, que tiene fuerza para acometer una «limpieza» y que a él «y a Begoña» sí les merece la pena seguir en La Moncloa. Todo un giro táctico para volver al punto de partida más debilitado, menos creíble e igual de acosado.
Pedro Sánchez sigue al frente de un Gobierno aquejado de los mismos males que arrastra desde el pasado 23-J cuando, para erigir su muro frente a las derechas, optó por coaligarse con un socio menor en franca decadencia con el que mantiene serias discrepancias y apoyarse en amigos de conveniencia decididos a cobrar por todo y cada vez más caro.
Su maniobra no cambia los hechos: compró su investidura a cambio de conceder a un fugado y a los implicados en el procés, una amnistía. El pacto caducó el mismo 16 de noviembre y desde entonces el Gobierno vive maniatado porque cada nuevo apoyo conlleva un precio. Así se ha demostrado con las cesiones hechas para blindar la medida de gracia a las exigencias de Puigdemont o la decisión de no presentar Presupuestos porque el presidente de la Generalitat adelantó las elecciones o haber aceptado por exigencia de los independentistas tres comisiones de investigación en el Congreso –operación Cataluña, espionaje con Pegasus y atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils– que cuestionan la labor del CNI, de la judicatura y de las fuerzas de seguridad o, simplemente, haber consumido ya cinco meses de mandato con únicamente dos decretos de tres aprobados. Todo indica que llegará al verano añadiendo a este magro resultado una amnistía profundamente divisiva.
Los comicios catalanes y europeos, ya contaminados por el insólito movimiento de Sánchez, no auguran pacificación, más bien lo contrario. Las urnas dejarán heridos que se revolverán. Pocos apostarán hoy por la aprobación de los Presupuestospara2025. Y sin cuentas del Estado la gobernabilidad ya muy precaria sería imposible. Tampoco serán muchos los que pujen por una renovación del Consejo General del Poder Judicial. En este terreno, a Sánchez sólo le queda la posibilidad de cambiar la ley para neutralizar al PP.
La debilidad, hoy, como hace una semana, sigue siendo la misma e incluso mayor porque el propio presidente ha puesto en evidencia su flanco más vulnerable y porque su empeño por mantenerse en el poder, ahora sí, a costa de lo que sea, no hace sino elevar la cotización de quienes le prestan sostén.
Las fuerzas independentistas que le apoyan no dudaron ayer en salir en tromba acusándole de haber orquestado una «maniobra» instrumentalizando las instituciones para tratar de «sobrevivir» él y su partido y sacar ventaja en la confrontación electoral catalana del próximo 12 de mayo. Una apreciación esta muy similar a la que, ampliando el foco hasta las elecciones europeas del 9 de junio, hizo el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Sánchez con su tacticismo ha minado su propia credibilidad ya muy mermada a golpe de «cambios de opinión». De líder resistente a víctima sufridora y nuevamente a mandatario de acero en cuestión de cinco días. Hasta el PNV, uno de sus socios más leales ha lamentado el «episodio» y quien fue su vicepresidente, Pablo Iglesias, ha arremetido contra él por «hacer el ridículo».
A todo esto se añade que el motivo que adujo en su carta a la ciudadanía –las investigaciones en torno a su esposa por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios y sobre miembros del Gobierno y del PSOE por los contratos sanitarios durante la pandemia– no se diluirá.
Están en manos de la justicia: en la Fiscalía Europea y en la Audiencia Nacional. Sobre el asunto que afecta a Begoña Gómez no se han dado explicaciones pero tampoco se han desmentido las informaciones que la señalan. Ahora, la comisión de investigación del Senado dominada por el PP ya no descarta llamar al propio Sánchez y a su mujer.