Macrojuico a los golpistas alemanes
Arranca en Stuttgart el mayor proceso legal en defensa del Estado en la historia del país
BERLÍN El primero de los tres grandes juicios que se celebrarán contra el grupo ultraderechista liderado por Enrique XIII Prinz Reuss, acusado de planear un golpe de Estado en Alemania y haber pedido presuntamente a Rusia ayuda para hacerlo, arrancó ayer bajo fuertes medidas de seguridad en la Audiencia Regional de Stuttgart. Será el mayor proceso legal en defensa del Estado de la historia de la República Federal y, por ello, la Fiscalía Federal ha decidido desgranar el proceso: «No queremos un macrojuicio espectáculo en un gimnasio».
La ministra del Interior, Nancy Faeser, declaró que lo importante, «en cualquier caso, es demostrar la fortaleza de nuestro Estado de Derecho y que la mayor red terrorista de Reichsbürger sólo sea juzgada y responda (...) por sus planes militantes para derrocar el régimen actual». Agregó que «mantendremos nuestro enfoque severo hasta haber desvelado y desmantelado por completo las estructuras de los armados. Nadie que pertenezca a estos círculos extremistas debe sentirse seguro».
Los Reichsbürger (ciudadanos del Reich) no reconocen la actual forma de Estado. El grupo, muy trufado por grupos de extrema derecha, está bajo la vigilancia de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, el espionaje interior. Se calcula que, de las cerca de 23.000 personas que lo forman en toda Alemania, 2.300 de ellas están dispuestas a usar la violencia. Y eso es lo que, presuntamente, estaban planeando hacer.
En total, serán juzgados por planear la toma del Bundestag (Parlamento) para dar un golpe de Estado y que hubiera muertes en ese proceso, 27 personas. Todas ellas se encuentran detenidas en distintas prisiones desde diciembre de 2022, cuando la trama fue desmantelada. En Stuttgart serán nueve los procesados. Se les acusa de pertenencia a una organización terrorista, según el artículo 129a del Código Penal alemán (StGB), y de preparación de una empresa traicionera según el artículo 83 del StGB. Los cabecillas de la trama, incluido Reuss, serán juzgados en Francfort a partir del 21 de mayo, y el resto a partir del 18 de junio en Munich.
En Stuttgart, el proceso arrancó con la investigación de un tiroteo en Reutlingen en marzo de 2023. El acusado, Markus L., que no había sido detenido con la mayoría de los demás en diciembre de 2022, se resistió a un registro domiciliario y disparó a los agentes de policía con un fusil semiautomático de tiro rápido,
hiriendo a dos de ellos. Ahora también ha sido acusado de intento de asesinato.
El incidente de Reutlingen también podría ser relevante para los demás acusados, pues podría servir como prueba de que el grupo Prinz Reuss estaba realmente preparado para cometer los crímenes más graves. El golpe en sí no pasó de una fase de planificación bastante vaga.
Una vez concluida la investigación sobre los tiroteos de Reutlingen, el principal foco de atención en Stuttgart se centrará en el «brazo militar» del grupo. Su líder Rüdiger von Pescatore, un ex oficial, será también juzgado en Francfort porque también era miembro del grupo dirigente.
A medio plazo, el brazo militar debía incluir 286 empresas de defensa nacional. Cuando la policía descubrió la trama, la organización ya había almacenado 382 armas de fuego con 148.000 piezas de munición. En concreto, el foco de atención se centrará probablemente en la Schutzkompanie 221, que debía encargarse de la zona comprendida entre Tubinga y Freudenstadt.
El líder del grupo de ultraderecha es Enrique XIII Prinz Reuss
Planeaban la toma del Bundestag y que el ataque causara muertos
El grupo fue detenido poco después de una redada antiterrorista a gran escala en varios estados federales y en el extranjero, poco después de que se diera a conocer, el Día de San Nicolás 2022. Como jefe de un nuevo Estado estaría Enrique XIII Prinz Reuss. La diputada de la populista Alternativa para Alemania (AfD) en el Bundestag y ex jueza berlinesa Birgit Malsack-Winkemann se proyectaba como ministra de Justicia.
Los nueve acusados de Stuttgart, todos ellos internos en diferentes centros penitenciarios para evitar la comunicación entre ellos, cuentan con 22 abogados, de los que cuatro fueron elegidos por ellos. El proceso será largo y complejo. Se ha citado a más de 300 testigos, entre ellos 270 agentes de policía. Los 18 acusados en los otros dos juicios también podrían comparecer como testigos en Stuttgart si desean declarar.
Las medidas de seguridad son estrictas debido a la naturaleza explosiva del material del juicio. Los acusados se sientan en una zona de la sala separada por una mampara. Sólo pueden hablar con sus abogados a través de un sistema de interfono. El auditorio también está separado por un cristal aunque sólo a media altura.
En principio, está previsto que el juicio se prolongue hasta principios de 2025. Está previsto que las vistas se celebren dos veces por semana. Todavía no es posible estimar cuánto durará realmente el juicio.
En el caso de delitos de organización como éste, los juicios siempre tienen dos grandes temas en la práctica de la prueba. Por un lado, se trata de la organización en sí, su fundación, sus estructuras y los procesos internos de toma de decisiones, y por otro, la implicación de los acusados individuales y sus contribuciones individuales al delito.