El Mundo Madrid

El chico de moda y más versátil del Giro

El neerlandés, que ya brilla en Italia, destaca por su formación polivalent­e. Sus padres y abuelos practicaro­n ciclismo, fútbol y tenis. Le apasiona el esquí y el patinaje

- PABLO DE LA CALLE

Un prolífico legado deportivo y artístico guía al velocista neófito y más de moda en el actual Giro de Italia. El neerlandés Olav Kooij (Numansdorp, 2001) es un chaval con heterogéne­a formación que ya vence a lobos en sprints suicidas. Otro adalid de una nueva generación de corredores distinguid­a por la osadía y la precocidad.

El aventajado debutante de la Corsa Rosa presume de genealogía. Olav es hijo de Johan Kooij, un ciclista que participó en pruebas nacionales e internacio­nales. Su madre Anna van der Berg también se dedicó al deporte. El abuelo paterno, Pieter Kooij, fue un destacado ciclista amateur. La abuela paterna, Margot de Vries, fue una tenista con triunfos en categoría nacional. Por parte materna, el abuelo Dirk van der Berg fue futbolista. Su abuela, Maria Bakker, se alejó del deporte y se dedicó al arte, a la pintura.

En su casa, Olav se tropieza con bicicletas, balones, raquetas y patines. Y es que al joven e inquieto corredor del equipo Visma también le encanta el patinaje artístico y el esquí de fondo. Muy completo.

La pasión por el deporte y su versatilid­ad distinguen a este sprinter que se curte en el Giro y que el domingo firmó su primer triunfo. Con 22 años y en su debut en la ronda italiana se atreve a desafiar a tipos tan experiment­ados como Tim Merlier, Caleb Ewan, Fabio Jakobsen, Phil Bauhaus, Fernando Gaviria o Jonathan Milan. En las dos primera etapas resueltas al sprint fue sexto y cuarto. En la de miércoles, con cuatro fugados en meta, concluyó noveno. En Nápoles dio en el centro de la diana, y eso que ha acudido a la carrera italiana sin su tutor. La ausencia del damnificad­o Wout van Aert es irreparabl­e. No hay mejor lanzador que el belga, como demostró el pasado año en el Tour de Gran Bretaña, donde puso en bandeja cuatro triunfos consecutiv­os a Kooij. Aquella fue la puesta de largo del talentoso neerlandés, que saltó todos los plazos en el equipo de desarrollo del Visma. Debutó en el primer equipo en febrero de 2021, ese año consiguió la medalla de bronce en la prueba en ruta del Mundial sub’23. Tiene contrato hasta 2025.

Kooij es un velocista que podría terminar siendo un notable clasicóman­o, según aventuran los técnicos del Visma. Este año ha sumado etapas en París-Niza (dos), Tour de UAE y Clásica de Almería. El año pasado también brilló en el Tour de Polonia y Cuatro Días de Dunkerque. En su palmarés ya figuran 33 triunfos. Merijn Zeeman, director deportivo del Visma, dijo antes del comienzo del Giro: «Olav es uno de los mayores talentos del WorldTour. Es muy rápido y está haciendo una temporada fantástica. Tiene un talento increíble y vamos a ayudarle en todo lo que podamos».

Olav Kooji agradeció los elogios pero lamentó la ausencia de Van Aert. «Es frustrante no poder contar con Van Aert, pero es lo que hay. En el equipo también hay otros corredores con gran experienci­a», señaló el neerlandés, que preparó el Giro en Denia (Alicante), junto a sus compañeros el italiano Edoardo Affini, el belga Cian Uijtdebroe­ks y el francés Christophe Laporte (abandonó la carrera en la primera semana por una caída). «Sin Laporte, tengo que improvisar los movimiento­s en el sprint. En las dos primeras llegadas mavisas del Giro no estaba al 100% y me sentí inferior a los otros velocistas. Ahora, no», dijo el joven y veloz neerlandés, que ayer disfrutó de su primer día de descanso en el Giro, tras imponerse en Nápoles.

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LUCCA BETTINI / AFP

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