Mejor la gloria que las miserias
Cuando Toni Kroos anunció que regresaba a la selección alemana, dijo que quería que su hijo le viera, al menos una vez, jugar con la camiseta de la Mannschaft. Con independencia de su amor de padre, un tipo cerebral y profesional no toma decisiones de semejante calado por ese pequeño deseo. Para eso están los vídeos. El regreso con Alemania, que disputa la Eurocopa en su país, era el final de una hoja de ruta perfectamente diseñada, porque Kroos había decidido retirarse en la gloria, sin esperar a las miserias que aguardan a los jugadores con el inexorable paso del tiempo, pese a que ello suponga renunciar a un buen dinero. Frente a aquellos para los que nunca es bastante, convertida la riqueza en una patología, Kroos sabe cuándo es suficiente. La vida de un gran futbolista es una vida de cuento si se sabe interpretar. Kroos, a sus 34 años, ha elegido el final de su cuento.
Carlo Ancelotti dijo hace unos días que hiciera lo que hiciera, Kroos acertaría. Por mucho que lo lamente para sus adentros, sabe el italiano que el acierto es pleno. En la que es su mejor temporada en el Madrid, el alemán puede conquistar su sexta Champions, quinta con los blancos, las mismas que sumaría Modric, su compañero de armas, aunque en el caso del croata todas con el equipo de Chamartín. En ambos casos, igualarían a Gento, nada menos.
Esta Euro que viene, en menos de un mes, es un torneo incierto, pero la realidad es que el regreso de Kroos, en unos pocos partidos, ha conseguido dar mando a la selección, en un momento de crecida del fútbol alemán, con Borussia Dortmund y Bayer Leverkusen en las finales europeas. El Bayern estuvo a minutos en el Bernabéu. No es casual. Kroos pondrá toda su ciencia, ayudado por un público que le adora. Se fue del Bayern, a
cuyas categorías inferiores había llegado con 16 años, procedente del Hansa Rostock, sin malas palabras. Siempre que ha tenido la oportunidad, ha elogiado a quien era entonces entrenador, Pep Guardiola. Si ha tenido desacuerdos, jamás los ha transformado en el rencor tan habitual en el fútbol.
La llegada al Madrid no fue fácil, puesto que tuvo que adaptarse tácticamente a la tiranía táctica de la BBC, a un 4-3-3 que le alejaba de la mediapunta para retrasarlo al pivote, pese a no tener una gran dinámica defensiva. Junto a Casemiro y Modric, formó un centro del campo de época.
Cuatro años más joven que el croata, Ancelotti se inclinó por el alemán como titular esta última temporada, mientras desde el club le llegaban mensajes para que acelerara el relevo en el centro del campo tras la llegada de Camavinga y Tchouaméni, y el ascenso de Valverde. El italiano se decía para sus adentros: «Ninguno tiene el fútbol que tienen estos dos». Todavía lo cree.
Entrenador y club deseaban su continuidad por encima de la de Modric, pero perder a los dos a la vez da vértigo, hecho por el que el croata continuará un año más, además de la gratitud por los servicios prestados.