El Mundo Madrid

Aniversari­o de un navegante

- RAÚL DEL POZO

«De muy pequeña edad entré en el mar navegando y he continuado hasta hoy», escribió Cristóbal Colón. El 20 de mayo se cumplieron 518 años desde la muerte en Valladolid de quien protagoniz­ó quizá la mayor hazaña que vieron los siglos. Murió sin gloria y sin honor. Antes descubrió un nuevo mundo cuando Rodrigo de Triana gritó: «¡Tierra!». Quinientos años después de su gesta, su figura es descabezad­a, denostada y ya no ocupa lugar en el bronce pese a que demostró que la Tierra era redonda. Como casi todo lo pensaron los griegos, fue Pitágoras el que descubrió la redondez del planeta. «Todo lo que hasta hoy se navega lo he caminado», pudo decir el héroe que aprendió el oficio como corsario en el Mediterrán­eo. Al final de su hazaña, no lo colgaron como a un pirata, pero lo cargaron de cadenas y borraron su proeza.

Derribaron muchas de sus estatuas en el continente que descubrió. Era genovés de nación y descendien­te de una familia de sefardíes catalanes, además de un judío que cambiaba el apellido según el lugar. Siempre se expresaba en castellano. Fue mercader de libros de estampa y emborronad­or de cartas de marear. Según Salvador de Madariaga, andaba con tacones usados y una capa pobre. Solo el Reino de España creyó en su aventura, y la pagó.

Nuestros enemigos de casa y de fuera creen que somos hienas; y que Colón y Hernán Cortés, que ganó tantas batallas como Alejandro, son solo unos genocidas. Los que dieron más vueltas que nadie al mundo, y dejaron palabras y universida­des, son calumniado­s por los propios españoles.

Se dijo que la historia es la palabra del oráculo, pero también la suma de aquellas cosas que se podrían haber evitado. Podría haberse evitado la propia historia de España. Un pretérito ahora más que nunca escrito por los enemigos, cuando el populismo convierte la política y la historia en relatos fantástico­s; y todo esto, en España más que en otro lugar dado que la Guerra Civil ya es propaganda de los dos bandos. Es el único país que se cree la leyenda negra que ahora continúan los separatist­as. No hay otra historia tan distorsion­ada. Stanley G. Payne confiesa que, con los años, vio con toda claridad que ha habido muchísima tergiversa­ción con el pasado de España, más que con el de cualquier otro país de Occidente. La historia se ha sustituido por la propaganda sectaria. Y se utilizan mentiras como argumentar­io electoral.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain