El Mundo Madrid

Trenzas de Champions para ‘celebritie­s’ en Tetuán

Los diseños de Sammy Comas causan furor entre artistas como Maluma y futbolista­s como Depay, Pogba, De Paul, Alaba o Militao

- LUCAS PÉREZ MADRID

Ha disparado su fama: tiene la agenda completa hasta septiembre

Sammy Comas recibió un día un mensaje desesperad­o: «¡Te necesito!». El ruego se lo hacía su compañero Jeanpi Barber, peluquero de artistas como Manuel Turizo o Nicky Jam, que tenía un encargo urgente para ella de parte de uno de sus mejores y más prestigios­os clientes: Maluma quería hacerse unas trenzas.

El artista colombiano se unía entonces a una lista de celebritie­s que poco antes había inaugurado con la cantante Lennis Rodriguez y que engordan ahora numerosos futbolista­s de primera línea: De Rodrigo de Paul a David Alaba. Del campeón del mundo con la Argentina de Messi al tres veces campeón de la Champions League con el Bayern Munich y el Real Madrid, pasando por otros nombres top del deporte rey como Paul Pogba, Éder Militão, Thomas Lemar o Memphis Depay. El jugón del Atlético de Madrid fue el primer futbolista al que atendió. «Fui a su casa súper nerviosa. Él tenía el pelo muy corto y yo no sabía ni como empezar. Pero me dije: ‘Sammy, tú puedes’, y le hice seis trenzas con las quedó súper contento, encantadís­imo», recuerda esta dominicana afincada en Madrid hace siete años y que cuya incursión en el mundo del fútbol se explica también por un gesto de compañeris­mo.

«Fue a través de otro amigo peluquero que se llama Wizarchy, muy conocido en redes y que peina a varios futbolista­s. Pero que no está especializ­ado en trenzas». Así que derivó a ella al entorno de Depay. «Sammy, hay un cliente que quiere experiment­ar con las trenzas». El «experiment­o» del neerlandés causó furor entre la plantilla atlética y pronto dos integrante­s más, Lemar y De Paul, contactaro­n con ella celosos de su look. – ¿Tan presumidos los futbolista­s? – Sí lo son. Se cuidan mucho y miman su imagen sobre todo cuando tienen un partido importante. Y su cuidado varía dependiend­o del diseño y del pelo de cada uno. Depay es el que se lo ha hecho más seguido. Luego otros como De Paul tuvieron que parar porque el pelo rubio tiene otro tratamient­o.

Pero no todo es rojiblanco en el universo Sammy. Otro compañero, Tiago da Costa, de la Tijera de Oro –reciente protagonis­ta en GRAN MADRID– envió a esta trenzadora a Éder Militão. Y tras el brasileño fue David Alaba, el último deportista que ha pasado por sus manos y que a buen seguro no será el último.

A Sammy no le quedó otra que hacerse una aficionada más al fútbol. Y eso pasaba por debutar en un partido en directo. Pese a que su debut profesiona­l fue con un rojiblanco y que hay mayoría colchonera entre sus clientes, el primer estadio que visitó, este 2024, fue el Santiago Bernabéu. «Le dije a personas cercanas a Militão que quería ir a ver un partido y la verdad que fue una experienci­a maravillos­a; es un campo impresiona­nte, lo pasé muy bien y se me hizo muy corto».

Y dice corto porque suelen se más de 90 minutos lo que puede tardar en hacer unas trenzas de esa dificultad.

¿Y el precio? ¿Hay precio especial para las celebritie­s? «Sí. Unas trenzas básicas en mi local rondan los 60 euros pero ya a los VIP se les sube un poco. Suelen ser unos diseños muy laboriosos, con un cuidado casi semanal y hay desplaza

miento. Eso sí, los futbolista­s siempre son generosos a la hora del pago», asegura.

Sammy Comas, nacida en Azua de Compostela, en República Dominicana, llegó a España con 11 años. Concretame­nte a Almería, donde ya de niña cimentó su pasión por la peluquería peinando a su madre. «Y no solo a ella. Como cuidaba niños, a las niñas las peinaba para practicar».

Después, su paso por un curso de peluquería común no le terminó de convencer. Ella quería más. «Necesitaba experiment­ar; pensar, diseñar, innovar, crear arte...». Así, con la idea de aprender, Sammy cargaba a diario su mochila e iba de casa en casa haciendo trenzas a clientes a los que no cobraba. «Mi madre me echaba la bronca. Decía que tenía que cobrar, que era mi tiempo, mi esfuerzo… ».

Tras una breve experienci­a en una peluquería de EEUU, la situación dio un vuelco definitivo con su llegada a

Madrid. A la experienci­a adquirida se sumó una motivación extra por la que luchar por su sueño: «Al llegar aquí me quedé embarazada, fui madre soltera y en ese momento, con alguien por quien luchar, decidí que era el momento de hacerme profesiona­l». Primero empezó en casa de su hermano, donde atendía en una habitación. «Había días que trabajaba hasta 15 horas. Hasta que mi hermano me echó la bronca porque atendía clientes en casa incluso a las doce de la noche».

La habitación se le quedó pequeña. Sammy alquiló una silla en una peluquería durante dos años y cuando consiguió reunir un dinero dobló su apuesta: se hizo con un coqueto local en la calle de Castilla, en el barrio Tetuán, en el que ahora se ha consolidad­o. Tanto que resulta casi imposible conseguir cita a corto plazo: «Tengo todo lleno hasta el mes de septiembre». Pese a todo, Sammy tiene claro su objetivo: «Seguir creciendo».

«Con Depay no sabía ni cómo empezar, pero quedó encantado»

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 ?? J. BARBANCHO ?? Sammy Comas en su trencería de Madrid; a la izquierda, de arriba a abajo, Eder Militao, Maluma y Memphis Depay lucen sus diseños.
J. BARBANCHO Sammy Comas en su trencería de Madrid; a la izquierda, de arriba a abajo, Eder Militao, Maluma y Memphis Depay lucen sus diseños.

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