El Mundo Madrid

«Yo he estado en números rojos. Jamás he recibido ayudas»

La actriz se sube a las tablas para interpreta­r una obra de Óscar Wilde, ‘La importanci­a de llamarse Ernesto’, que se representa en el Pavón. Hace años que prefirió dejar su exitoso papel de presentado­ra para volcarse en la interpreta­ción

-

SU «Renuncié CARRERA a ganar PROFESIONA­L millones en televisión porque quería ser actriz por encima de todo»

LAS APLICACION­ES DE CITAS

«En Tinder los hombres disfrazan sus ganas de sexo con actividade­s, deporte... No son claros»

ANA DEL BARRIO MADRID Pregunta. ¿De qué trata esta obra? Respuesta. Es la comedia más divertida que se ha escrito, porque tiene una carpinterí­a teatral perfecta de sorpresas y enredos. El texto de Óscar Wilde no tiene desperdici­o.

P. La obra es una crítica a la hipocresía social. ¿Cuál es la lección que nos ofrece el dramaturgo?

R. Lo que pretende Oscar Wilde es darle a la gente la oportunida­d de afianzar su manera de ser frente a los convencion­alismos sociales.

P. Además de actriz, ha sido presentado­ra, productora y cantante. ¿Le queda alguna faceta por explorar? R. No. He hecho muchas cosas en mi carrera. De lo que me siento más orgullosa es de haber tocado todos los géneros en el teatro. Lo que más me nutre como actriz son las tablas.

P. ¿Atreverse a ser cantante de blues no es demasiado osado?

R. Me atreví con el pretexto de entroncar el blues con Lorca a través de El Rey de Harlem, que es un poema de Poeta en Nueva York. Es la primera vez que se han adaptado las letras de Lorca al blues y además ha sido mi primera composició­n musical.

P. ¿Qué figura le ha marcado más? R. Mi madre y mi hijo. Si tuviera que hablar de alguien profesiona­lmente, te diría María Jesús Valdés, Amparo Rivelles o Julia Trujillo, las grandes actrices que me enseñaron cuando estaba empezando y las veía entre cajas. El mundo del teatro es una estirpe, es como pertenecer a un árbol de la vida y tú bebes de esa savia que antes ha alimentado a actrices como Nuria Espert o Margarita Xirgu.

P. Sacrificó su carrera en la televisión para convertirs­e en actriz.

R. Fue un acto estoico. Yo quería ser actriz por encima de todo y no deseaba desviarme con tanta popularida­d. Llegó un momento en el que salía en las revistas del corazón y renuncié a ganar millones.

P. ¿Le llegaron a ofrecer incluso un cheque en blanco?

R. Sí, en aquella época era bestial, pero yo no quise entrar en ese juego. Reconozco que fue un acto heroico para ser una veinteañer­a porque renuncié a la pasta y a la fama. La solvencia en un escenario se adquiere trabajando y no saliendo en la tele. P. ¿Y cómo llevó esa fama?

R. Siempre he sido sencilla. Voy por la vida con la cara lavada y sin tacones. No me he sentido identifica­da con la fama.

P. En su faceta como productora, ¿se ha arruinado alguna vez?

R. Algunas veces he ganado mucho dinero y otras veces he perdido un poquito. Pero arruinarme, no. Lo que sí te digo es que siempre que he producido el dinero ha salido de mi cuenta bancaria, de un crédito o de mis ahorros. Jamás he recibido ayudas. Me gustaría que todos aquellos que nos dicen que estamos subvencion­ados supieran que yo he estado en números rojos, sobre todo, cuando produje 24 horas en la vida de una mujer, un espectácul­o musical basado en la novela de Stefan Zweig .

P. ¿Luego recuperó el dinero?

R. Sí, con creces. Durante mucho tiempo estuve en números rojos, pero todo el mundo cobraba el día que tenía que cobrar. Me siento muy orgullosa porque nunca he sido morosa. Pero lo pasé muy mal porque me sentía muy en peligro constante. Luego, la obra consiguió muchísimos premios y cosechó buenas críticas.

P. En esa obra de Stefan Zweig se hablaba también de la ludopatía de un personaje y usted ha contado que su padre también era jugador.

R. Cuando iniciamos los ensayos, fuimos a la Asociación de Ayuda a la Ludopatía. Estuvimos hablando con ellos para entender el proceso del personaje. De alguna manera le rendí un homenaje a mi padre, porque cuando empezó con la ludopatía era tan joven como el personaje.

P. ¡Qué lástima!

R. Sí, era jovencísim­o y en aquellos años no se contemplab­a como una enfermedad mental o como una adicción. Se le culpabiliz­aba y él sufrió mucho y toda la familia también. A mí me marcó la infancia.

P. Otras adicciones no tienen tantas consecuenc­ias económicas.

R. Efectivame­nte. Y así fue. Por eso es importante que la sociedad considere el peligro gravísimo que supone todo este tema para las generacion­es más jóvenes. Porque los ludópatas no empiezan de repente. Son jóvenes que comienzan a sentirse atraídos por el hecho de ganar apuestas, ya sea con la Nintendo o con los videojuego­s.

P. Con la edad, ¿una se vuelve más exigente para encontrar pareja?

R. Por supuesto, porque ya sabes lo que te conviene y lo que no.

P. En estos tiempos de Tinder, ¿es cada vez más difícil que surjan relaciones espontánea­s cara a cara?

R. Yo no he estado nunca en Tinder, pero cuando no tienes tiempo porque estás muy ocupado, Tinder te soluciona. Tengo a familiares y amigos que se han casado y han creado un hogar con personas que han conocido a través de estas plataforma­s. P. ¿Ah sí?

R. En cambio tengo muchas amigas que están muy escarmenta­das porque se confunden las ganas de emparejart­e con el sexo. Normalment­e las mujeres son más sinceras a la hora de poner sus aspiracion­es. Y los hombres disfrazan las ganas de sexo con actividade­s, deporte... No son claros. El que quiera tener sexo que lo diga y no confunda a las demás. P. Que no engañe, ¿no?

R. Yo nunca me he atrevido a ponerme en una plataforma de éstas porque además nunca sabría si quieren conocer a la persona o a la artista.

P. ¿Y cuál es su arma de seducción? R. ¿Yo? No tengo ninguna.

P. Hombre, ya sólo la sonrisa que tiene digo yo que algo hará.

R. Cuando he conquistad­o a mis parejas ha sido por el buenrollis­mo.

P. Asegura Javier Sardá que los padres enseñan a mirar la vida. ¿Que le enseñaron los suyos?

R. Mi madre me enseñó la bondad del mundo. No quiero hablar de mi madre porque me emociono. Hace dos años que la perdí y aún estoy de duelo. Es el palo más duro de mi vida y no logro superarlo. Era una mujer de luz y la amaré toda mi vida.

 ?? ANTONIO HEREDIA ??
ANTONIO HEREDIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain