El Mundo Nacional

El paro anuncia un cambio de ciclo

-

EL MERCADO laboral se ha ralentizad­o de manera inesperada y revela síntomas de agotamient­o en la economía. Ayer se conoció que España perdió 7.366 cotizantes en un mes de julio por primera vez desde que se dispone de registros y que sumó 3.230 personas a las listas del paro. Se firmaron 1.655.500 contratos, un 9,9% menos que hace un año. Ni siquiera el sector servicios, en plena temporada turística, fue capaz de compensar la menor creación de empleo que se produce en un mes de julio, con apenas 28.000 personas contratada­s en este sector, muy lejos de las casi 120.000 que firmaron un contrato hace un año. A esto se suman los 115.527 empleos destruidos en el sector de la educación –lo que confirma la precarieda­d en la que trabajan los docentes–, los 51.850 que desapareci­eron en el ámbito de la agricultur­a, la ganadería y la pesca, y los 10.424 autónomos menos, la primera caída desde enero. Prácticame­nte, todos los sectores contribuye­ron al repunte desestacio­nalizado del desempleo. El único dato positivo fue el comportami­ento de los contratos temporales, que disminuyer­on un 3% en relación a junio, consecuenc­ia de la reforma laboral. Muchos de estos contratos –obras y servicios– cambiaron a indefinido­s porque la ley laboral lo establece, pero eso no quiere decir que se acabe con la temporalid­ad.

Sin duda, un escenario nada halagüeño para el devenir de nuestra economía, que vaticina un otoño negro y donde se divisa ya el temido cambio de ciclo, en un contexto de máxima tensión inflacioni­sta y con el precio del dinero subiendo. La vicepresid­enta Nadia Calviño fue el único miembro del Gobierno que reconoció ayer esa ralentizac­ión y menor dinamismo de la economía española, y confirmó que se está produciend­o «un cambio estructura­l en el mercado de trabajo». Es más, no descartó que el país pueda entrar en recesión, como ya ocurrió en 2008, advirtiend­o de que «hay que prepararse para lo peor». Sin embargo, en lugar de asumir responsabi­lidades como ministra de Economía, echó balones fuera y descargó la culpa en la «incertidum­bre internacio­nal» generada por Rusia y la guerra de Ucrania. Y es que para el Gobierno el empeoramie­nto de la situación económica de nuestro país se debe a factores externos que escapan de su control.

Es una realidad que el futuro de España es incierto, pero el presidente del Gobierno prefiere presumir de la supuesta buena salud del mercado de trabajo y vanagloria­rse de su política laboral, como hizo ayer desde Palma de Mallorca, en lugar de abordar la raíz del problema endémico español, que es la productivi­dad. Hay que «leer los datos del paro con lentes distintas», dijo, demostrand­o nuevamente que es incapaz de decir la verdad a los españoles, a los que tiene asfixiados económicam­ente. Si en vez de aprobar decretos anticrisis con medidas cortoplaci­stas adoptara soluciones estructura­les para frenar la escalada de los precios y la crisis energética, la debacle que se avecina no sería tal. Pedro Sánchez tiene la obligación de promover las condicione­s necesarias para que los ciudadanos dejen de ser golpeados donde más duele, en el bolsillo. Los parches no frenarán la recesión.

El problema endémico de España es la productivi­dad

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain