Aparece la turbina de la discordia
Alemania anuncia que ha encontrado la pieza clave para recuperar el flujo de gas ruso
Nunca una turbina ha generado tantos quebraderos de cabeza y titulares de prensa como la que el proveedor ruso Gazprom envió a Canadá para su reparación y a la que se achaca que en las últimas semanas se haya reducido el suministro de gas a Alemania hasta el punto de temer un corte definitivo.
Ya se sabe dónde está la turbina y eso es un gran avance. La unidad, que fue devuelta a Alemania desde Canadá, se encuentra en las instalaciones de la empresa Siemens Energy a la espera de ser enviada a Rusia. Paradójicamente, esta es la empresa encargada del mantenimiento de las turbinas del Nord Stream, la infraestructura que provee de gas a Alemania.
El gigante ruso, al menos esta vez, decía la verdad. No habían recibido la turbina y, por ende, tampoco podían instalarla para retomar el flujo del gas. Se desconoce donde se produjo el fallo de Alemania, pero las acusaciones a las ‘maniobras’ de Rusia no dan más de si. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha decidido tomar cartas en el asunto y este miércoles viajará a la sede Siemens Energy en Mülheim am Ruhr, según ha informado el consorcio.
La opinión pública alemana esperaba ayer explicaciones de Scholz y del consejero delegado de Siemens Energy, Christian Bruch sobre la historia de la turbina que es, como ya informó este diario, rocambolesca, empezando por el hecho de que tuviera que ser enviada a Canadá y no a Alemania para su reparación y terminando con un amago de crisis diplomática entre Canadá, la UE y Ucrania.
A mediados de junio, Gazprom había reducido sus entregas de gas a Alemania a través del Nord Stream 1. Siemens Energy anunció entonces que la turbina de gas que había sido revisada en Canadá no podía ser devuelta desde Montreal debido a las
Para reactivar el gasoducto, la pieza debe volver a Rusia, burlando el bloqueo
sanciones rusas. El ministro canadiense responsable de los recursos minerales, Jonathan Wilkinson, anunció que habría un «permiso temporal» para enviar la turbina a Alemania. Pero El presidente ucraniano, Volodymr Zelensky lo interpretó como una violación «absolutamente inaceptable» de las sanciones a Rusia.
Alemania insistió, sin embargo, en que resulta imposible desconectarse de un día para otro del suministro de gas ruso. La demanda de industria y hogares aconseja construir unas reservas que están lejos de garantizar el consumo. «Necesitamos capacidades en Nord Stream 1 para llenar nuestro almacenamiento. Las capacidades de almacenamiento llenas en Alemania no sólo son importantes para el mercado alemán, sino también para el mercado europeo y para la seguridad del suministro en Europa”, explicó el ministro de Economía.
Mes y medio después, la explicación parece más simple. El pedido original no fue realizado por Siemens Energy, sino por la empresa británica Rolls Royce, que ahora se dedica principalmente a los motores de aviación. Rolls Royce suministró en 2010 ocho turbinas industriales Trent 60 para Nord Stream 1, según una investigación del diario Die Welt. En 2014, Siemens
Energy compró esta rama de la industria a Rolls Royce por casi 1.000 millones de euros, pero el centro de mantenimiento de esas turbinas siguió en Montreal.
Que el Gobierno canadiense decidiera enviar la turbina reparada a Alemania y no directamente a Rusia se explica en el régimen de sanciones a Rusia. Será pues el Gobierno de Berlín quien deba violar esas sanciones que apoyó. La dependencia alemana del gas ruso y la necesidad de evitar una crisis energética que conduzca a este país a una recesión justifican esa excepción.
Entre tanto, Gazprom ha desactivado en el Nord Stream una segunda turbina, por lo que del 40% del volumen que fluía por defecto de la primera, se ha pasado a un suministro del 20%.
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