Nueva ofensiva exterior de ERC para lograr el referéndum
Aragonès y Junqueras intensifican su agenda internacional para sumar apoyos
La internacionalización del procés fue una de las grandes obsesiones de los Gobiernos de Artur Mas y Carles Puigdemont a fin de recabar apoyos para la convocatoria de un referéndum y una declaración de independencia. Ahora, cinco años después del baño de realidad de octubre de 2017, cuando ni el resultado del 1-O ni la posterior DUI tuvieron ningún tipo de acogida entre las principales instancias internacionales, el Ejecutivo de Esquerra Republicana ha reactivado la acción exterior para impulsar su nueva estrategia en pro de la autodeterminación y la amnistía.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, trabaja con la idea de conseguir un «acuerdo de claridad» inspirado en la Ley sobre la Claridad refrendaria canadiense, aprobada en el año 2000 como respuesta al independentismo quebequés. El jefe del Govern no renuncia a que Cataluña vote nuevamente sobre su estatus político, pero esta vez con reconocimiento legal e internacional. En la mesa de diálogo con el Gobierno, la «desjudicialización» ocupa los primeros puntos del orden del día, pero el derecho a la autodeterminación sigue siendo «el fondo del conflicto», tal y como ha dicho en repetidas ocasiones Aragonès. Sin ir más lejos, la semana pasada tras el anuncio que hizo Pedro Sánchez sobre la derogación del delito de sedición en el Código Penal, una de las principales demandas de ERC para conseguir «los efectos de una amnistía»,
Por ello, tanto el president, que ayer recibió en el Palau de la Generalitat a la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, como el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, han intensificado su agenda internacional desde septiembre. Al inicio del curso político, Aragonès realizó tres viajes institucionales a Francia, Suiza y Estados Unidos en los que, entre otras cuestiones, expuso a varios interlocutores «la defensa de la necesidad de la autodeterminación y de alcanzar la independencia en el marco democrático».
No acabó ahí la actividad exterior de Aragonès, que a finales de octubre fue recibido por el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, en la que fue la primera visita de un presidente catalán al órgano ejecutivo de la UE desde la que Mas realizó en 2015. En esa reunión de deshielo en las relaciones con los organismos comunitarios, planteada por el máximo mandatario de la Generalitat para abordar con Reynders el caso del espionaje a líderes independentistas por parte del CNI con el programa Pegasus, el comisario también aprovechó para recordar a Aragonès la obligación de cumplir la sentencia del 25% de horas lectivas en castellano en las escuelas. Un tirón de orejas al que cinco días después siguió el anuncio de que la Eurocámara enviará una misión de parlamentarios a Cataluña para comprobar el uso de las lenguas en la enseñanza.
El Departamento de Acción Exterior de la Generalitat, que hasta hace un mes lideraba la consejera Victòria Alsina (Junts per Catalunya) y ahora está en manos de la republicana Meritxell Serret, tiene entre sus objetivos de esta legislatura la reactivación de la política internacional del Govern, venida a menos desde 2017. Como parte del plan «Más Cataluña en el mundo», el Ejecutivo de Aragonès ha pasado de tener una cobertura geográfica en 44 países a estar presente en 63. Las 14 delegaciones que había a principios de este año se han convertido en 20, el número de oficinas también se ha ampliado de dos a cinco y se ha creado la figura del enviado especial en Edimburgo (Escocia) y Varsovia (Polonia).
Fuera del Govern, al estar todavía inhabilitado para cargo público, Junqueras toma ahora la capitanía exterior de Esquerra con una gira de 10 días por Sudamérica para abordar «el caso catalán y la represión del Estado español». Además de pronunciar conferencias en varias universidades, el presidente de ERC se reúne estos días con representantes gubernamentales de Colombia, Argentina y Chile y portavoces de partidos y organizaciones en defensa de los derechos humanos.
Junqueras fue recibido anteayer por el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien en 2017 dio su apoyo al referéndum del 1-O, del que fue observador internacional. Ese día, Petro, que entonces no ocupaba ningún cargo institucional, calificó a España de «dictadura» y al Gobierno de Mariano Rajoy de «fascista» por la actuación policial contra la votación.