El ‘criptocrash’ pone en jaque el matrimonio de Bukele y el bitcoin
El presidente de El Salvador defiende su apuesta por la criptomoneda pese a las grandes pérdidas
El bitcoin está en caída libre y se ha desplomado hasta los 16.905 dólares, uno de los valores más bajos en los últimos dos años. Ello ha repercutido sobre las finanzas públicas de El Salvador, que se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Se trata de la principal apuesta económica del presidente, Nayib Bukele, si bien no está saliendo como esperaba. Desde que el 7 de septiembre de 2021 esta moneda convive con el dólar en el país centroamericano, Bukele empezó a comprar bitcoins con dinero público, tal como iba anunciando en Twitter. En un principio, adquirió un día antes de su entrada en vigor 400 monedas y pagó 52.600 dólares por cada una. Sin embargo, con el paso de los meses, el bitcoin se fue devaluando, por lo que la última compra la realizó en junio de este año cuando abonó 18.750 dólares por cada uno de los 80 activos digitales que adquirió.
Bukele ha obtenido 2.381 bitcoins, para los que ha destinado 107 millones de dólares, si bien, a día de hoy, esas monedas han reducido su valor hasta los 41 millones de dólares, lo que supone una pérdida de 66 millones para los fondos públicos. La criptodivisa más cotizada en el mercado mundial se ha devaluado en un 64% desde septiembre de 2021, lo que ha sido calificado por el Banco de América como el quinto mayor colapso financiero de la historia.
El Fondo Monetario Internacional ya avisó de los «riesgos significativos» que tiene el uso de la criptomoneda, si bien el mandatario hizo oídos sordos bajo el argumento de que iba a «generar inversión extranjera», hasta el punto de que el PIB iba a incrementarse un 25% e iba a crearse empleo. «En ningún momento va a afectar a nadie», recalcó en su día el presidente, pese a las advertencias de los organismos económicos internacionales, como el Banco Mundial y el FMI ante una moneda cuya fluctuación es imprevisible.
De momento, más allá de la publicación de tuits en los que Bukele informa de la compra de bitcoins, la opacidad de este tipo de transacciones con dinero público es total. Así, el Centro de Asesoría Legal Anti Corrupción de El Salvador (ALAC) denuncia que, el pasado mes de septiembre, el Banco de Desarrollo de este país denegó por segunda vez entregar información sobre la compra y venta de bitcoin por parte del Gobierno, «alegando reserva». De esta manera, se desconoce exactamente cuántas criptomonedas se han comprado y cuál es el valor pagado.
El presidente salvadoreño, lejos de dar una explicación sobre los efectos que puede tener en el país el desplome de la criptomoneda, se ha limitado a aclarar que la plataforma FTX, que se ha declarado en bancarrota debido a sus problemas de liquidez, «es lo opuesto al bitcoin». A través de sus redes sociales, defendió que el protocolo de bitcoin fue creado precisamente para prevenir esquemas Ponzi (estafas piramidales) como la protagonizada por Bernie Madoff, que desencadenó en 2008 una crisis económica mundial.
En un artículo publicado el 30 de septiembre en Bitcoin Magazine, Bukele aseguró que la adopción de la moneda digital fue el «único movimiento lógico». En este sentido, añadió que «para los que no comprenden, la verdadera pregunta no es si los otros países adoptarán el bitcoin, sino cuándo lo harán», y desmintió que El Salvador haya perdido millones de dólares. Ya en junio, cuando el valor del bitcoin había caído por debajo de los 20.000 dólares, el presidente aconsejó a las personas «preocupadas o ansiosas» que «dejen de ver la gráfica y disfruten la vida», porque la inversión está «segura y la paciencia es la clave».
Muy diferente es la postura del
Las pérdidas conocidas de los fondos públicos tras la inversión en bitcoin.
economista senior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda, quien el 21 de octubre lamentaba que quienes invirtieron su dinero en criptomonedas «lo único que han tenido son pérdidas». De este modo, censuró que el Gobierno quiso hacer creer a la gente que sus problemas se podían resolver «invirtiendo el dinero que no tienen y esperando que de un día para otro se hicieran ricos sin esfuerzos, sin planificación y sin hacer las cosas bien».
Pese a que el 76% de salvadoreños no ha utilizado la criptomoneda, según la Universidad Centroamericana (UCA), Bukele sigue empeñado en construir la Bitcoin City cerca del volcán Conchagua y aprovechar la energía del coloso para el criptominado. Para ello, se prevé emitir bonos en esta moneda digital por valor de 1.000 millones de dólares, aunque la actual devaluación retrasará este ambicioso proyecto.