DESPEGA LA NUEVA CARRERA A LA LUNA
11 horas y 36 minutos. Ese es exactamente el tiempo que va durar la primera aventura lunar de la NASA en medio siglo, el pistoletazo de salida al ansiado regreso a nuestro satélite que ayer vivieron emocionadas y en directo alrededor de 100.000 personas en Florida, testigos de un despegue histórico para la carrera espacial: el lanzamiento de Artemisa 1.
Las imágenes de los alrededores del Centro Espacial Kennedy recordaban a aquellas de la era Apolo. Provistos de sillas, cámaras y móviles para grabar el lanzamiento histórico, las mejores zonas de la costa de Florida fueron ocupadas durante la noche para asitir al despegue del supercohete Space Launch System (SLS) con la nave Orión a bordo pero sin tripulantes humanos (ocupa el asiento del piloto un maniquí con sensores).
Un ensordecedor rugido de los motores del cohete más potente del mundo puso en órbita a la 1.47 (hora local, 6.47 en España) la cápsula Orión que orbitará la Luna y caerá en el Pacífico el 11 de diciembre.
Una fuga de hidrógeno en
VLa NASA dio ayer el pistoletazo de salida a su nuevo programa lunar, Artemisa, que pretende alunizar en 2025. Pese a los paralelismos con la era Apolo, ahora el gran rival de EEUU es China y su objetivo, aprender a vivir en nuestro satélite para enviar humanos a Marte
la noche del martes amenazó con tener que volver a posponer la misión (como ocurrió el 29 de agosto y el 3 de septiembre) pero los ingenieros solucionaron el incidente, al igual que en los días previos arreglaron los daños causados en la nave Orión por el paso del huracán Nicole.
Artemisa es para la mitología griega la hermana melliza de Apolo. Y para la NASA, Artemisa es también un programa hermano de Apolo, pero con diferencias importantes. Puede parecer que EEUU se dispone a repetir las misiones que entre 1969 y 1972 permitieron a 12 humanos pisar nuestro satélite, llevar a cabo experimentos, tomar fotografías y traer de vuelta a la Tierra un total de 382 kilos de rocas lunares.
Pero como subrayó ayer Bill Nelson, director de la NASA, durante la rueda de prensa posterior al exitoso lanzamiento, «volvemos a la Luna para aprender a vivir en la Luna y prepararnos para enviar humanos a Marte». Y esa es la mayor diferencia con Apolo: la NASA asegura que regresa para quedarse. Para ello, se ha proyectado una estación orbital llamada Gateway, que está desarrollando con la ESA y otros socios, y se ha elegido a SpaceX, de Elon Musk, como la compañía que desarrollará el módulo lunar. El objetivo será mandar una misión prácticamente cada año e incluso que haya presencia permanente en nuestro satélite. Antes, en 2024, se mandará Artemisa 2 con varios tripulantes para orbitar la Luna y en 2025, alunizarán al menos un hombre y una mujer.
La activa colaboración con otras agencias y el mayor peso de la industria privada no es la única diferencia. Si en los años 60 y 70 EEUU competía con la URSS, en la carrera espacial del siglo XXI el rival de los americanos es China, inmersa en un ambicioso programa que ya ha conseguido éxitos robóticos importantes en la Luna y aterrizar una nave en Marte.
“ME GUSTARÍA COOPERAR CON CHINA...PERO VEO SECRETISMO Y FALTA DE TRANSPARENCIA”, DICE BILL NELSON