Docentes «sobrepasados» piden que se pare la Lomloe
MADRID
Centenares de profesores «sobrepasados» por la «implementación precipitada» de la Ley Celaá han enviado quejas a Csif en las que piden la paralización de la norma. «Los docentes están agobiados y así no podemos continuar. Las administraciones han elaborado tarde los currículos y ahora nos exigen unos plazos para entregar las programaciones. Hay demasiada burocracia y tenemos que hacer mucho papeleo», denunció ayer el responsable de Educación del sindicato, Mario Gutiérrez.
Los docentes «tienen que dar clase al mismo tiempo que aprenden las nuevas metodologías». Como este año se ha producido un retraso en la publicación del currículo estatal, las CCAA también han tardado en elaborar los suyos y ahora se les ha acumulado el trabajo a los profesores. Csif, que es el sindicato más representativo en la Administración General del Estado y el tercero en representación educativa, por detrás de CCOO y Anpe, dice que «es un despropósito». «Los profesores han tenido que comenzar el curso con borradores de libros de texto porque en siete CCAA no se habían aprobado los currículos. Tampoco se ha cumplido la promesa de tener un desarrollo normativo de la carrera docente, como se establece en la ley», lamentó Gutiérrez, que, tras la concentración que los profesores protagonizaron en octubre frente al Ministerio de Educación, amenazó con nuevas movilizaciones e incluso con hacer una huelga.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la nueva Selectividad que propone el Gobierno, donde se van a fusionar cinco asignaturas que hasta ahora tenían sus exámenes independientes en un único ejercicio muy simplificado: la mayoría son preguntas tipo test y hay tres preguntas de un máximo de 150 palabras. «Es vergonzoso que vayan a convertir en un test el examen de Lengua Castellana y Literatura, donde los alumnos tienen que analizar textos y frases, resumir y argumentar. El profesorado no lo entiende. Además, el formato del examen obligará a impartir una metodología en Bachillerato que no ha funcionado en ningún lugar del mundo. Esto atenta contra la libertad de cátedra», dijo Gutiérrez, que consideró también que la nueva figura del coordinador de bienestar «es un engaño de la Administración a la sociedad» porque se hace «sin dar a los profesores formación ni tiempo de dedicación».