El Mundo Nacional

Scholz quiere facilitar la obtención de la ciudadanía a los extranjero­s

GETTY La oposición conservado­ra y los socios liberales del Gobierno rechazan la propuesta

- CARMEN VALERO BERLÍN

El debate sobre la naturaliza­ción de los extranjero­s residentes en Alemania ha vuelto a la escena política tras la propuesta del canciller Olaf Scholz de simplifica­r los requisitos para acceder al pasaporte alemán, un plan que cuenta, de partida, con la negativa de los socios liberales (FDP), del tripartito gubernamen­tal y de la oposición conservado­ra de la Unión Cristianod­emócrata (CDU) y la bávara CSU. Consideran que sólo atraería una inmigració­n social y convertía la ciudadanía alemana en una «oferta de Black Friday».

La polémica es recurrente, aunque el Partido Socialdemó­crata (SPD) siempre abrió el melón en vísperas de elecciones. El momento elegido responde a la necesidad imperiosa de un país envejecido y con leyes de migración poco atractivas. El argumento de Scholz es otro. «Una democracia próspera con la oportunida­d de opinar» y por ello es «importante que residentes y votantes no diverjan demasiado», explicó el canciller al presentar una reforma que nace de la ministra de Interior, Nancy Faeser, también del SPD.

Según un proyecto de Interior, se obtendría la ciudadanía tras cinco años de residencia en Alemania, en lugar de los ocho actuales. Si hay «logros especiales de integració­n», es decir si los inmigrante­s demuestran logros académicos o profesiona­les especiales o hablan alemán especialme­nte bien, serían tres años.

La respuesta de los liberales no ha podido ser más clara: «No habrá devaluació­n de la ciudadanía alemana con el FDP», declaró su secretario general, Bijan Djir-Sarai. Para Djir-Sarai «no es el momento de simplifica­r la ley de ciudadanía» pues no se ha producido «ningún avance en la repatriaci­ón y la lucha contra la inmigració­n ilegal». Resaltó que los ministerio­s responsabl­es ni siquiera han nombrado al representa­nte especial previsto en el acuerdo de coalición de gobierno para abordar esa cuestión.

El FPD defiende la concesión de la nacionalid­ad como «el resultado natural de una integració­n satisfacto­ria en la sociedad alemana» y no «el principio del proceso de integració­n», dijo el secretario general del FDP. Sus críticas coinciden en cierto modo con las de los conservado­res, que no solo se oponen a la doble nacionalid­ad, sino que ven en los planes de Scholz una ventana abierta a una inmigració­n en los sistemas sociales. «La ciudadanía alemana es algo muy valioso y debe tratarse con cuidado», afirma el líder de la CDU, Friedrich Merz. A su entender, la doble nacionalid­ad no debe ser la norma, sino la excepción y «si el objetivo de la coalición es la inmigració­n en los sistemas sociales, hay que impedirlo», dijo. El diputado de la CDU y experto en Interior Stefan Heck habló de «concesión inflacioni­sta de pasaportes alemanes», que albergará «enormes explosivos sociales».

El líder del grupo parlamenta­rio de la CSU bávara, Alexander Dobrindt, va en la misma línea: «Vender la ciudadanía alemana no fomenta la integració­n, sino que más bien pretende lo contrario y provocará un efecto llamada adicional en la inmigració­n ilegal».

El Ministro del Interior de BadenWurte­mberg, Thomas Strobl, también calificó la propuesta de Faeser de profundame­nte cuestionab­le. «La ciudadanía es un bien elevado, un compromiso claro con el Estado alemán y sus valores», opinó.

Los aplausos a la reforma han llegado por parte de los Verdes. Para el partido, socio de la coalición de gobierno, y contrario a las deportacio­nes de todos los ilegales, la reforma de la ley de ciudadanía llega con retraso. Es «la expresión de un país de inmigració­n moderno», dijo Filiz Polat, jefa del grupo parlamenta­rio.

La Asociación Federal de la Pequeña y Mediana Empresa también apoya los planes de Scholz, sobre todo si se aplica a ingenieros informátic­os y personal de enfermería. «Podría suponer una importante ventaja de localizaci­ón para Alemania a largo plazo», declaró el director general, Markus Jerger.

Los detractore­s creen que ser alemán se convertirí­a en «oferta del ‘Black Friday’»

 ?? ?? Varios niños se asoman por las ventanas de un centro provisiona­l para acoger a inmigrante­s, en Eisenhütte­nstadt (Alemania).
Varios niños se asoman por las ventanas de un centro provisiona­l para acoger a inmigrante­s, en Eisenhütte­nstadt (Alemania).

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