El Mundo Nacional

Ni oxígeno a Ucrania ni impuesto

L Hungría veta la ayuda a Ucrania y el tipo mínimo del Impuesto de Sociedades L Orban condiciona oficialmen­te su apoyo a que no se congelen sus Fondos de Cohesión y obliga a posponer la aprobación de un gran paquete BRUSELAS AFP

- PABLO R. SUANZES

Una vez más, Victor Orban se sale con la suya. El húngaro es el líder más polémico y conflictiv­o de la Unión Europea. El más marcado, el que protagoniz­a una deriva más autoritari­a e «iliberal», en sus palabras. El más próximo a Vladimir Putin y el más hostil con Ucrania. Pero también uno de los dos más veteranos en el seno del Consejo Europeo y uno de los que mejor sabe jugar sus cartas. Este martes, el Ecofin, la reunión de los ministros de Finanzas de los 27, se ha visto forzado a posponer la discusión y aprobación de cuatro cuestiones clave por la presión y el veto húngaro: un paquete de ayuda financiera a Kiev por valor de 18.000 millones de euros, una posición común sobre un tipo único para la tasa a las multinacio­nales y dos decisiones referidas precisamen­te a Hungría y los Fondos comunitari­os que Bruselas quiere congelarle.

Orban lleva años poniendo palos en las ruedas comunitari­as. Bloqueando o impidiendo decenas de comunicado­s o condenas en política exteriores, sobre todo lo que tiene que ver con China, Israel y Rusia. Es el país que más pegas ha puesto a las sanciones a Moscú por la invasión. El único de la Unión que no ha ratificado todavía la enteada de Suecia y Finlandia en la OTAN. Y el que está mezclando, con mucha habilidad, los dosieres que le afectan directamen­te con los que más importan en Europa, si bien públicamen­te sostiene que jamás ha vinculado ambas cosas.

Hace unos días, la Comisión Europa dio luz verde al Plan de Recuperaci­ón húngaro. Era el único país que lo tenía pendiente y se arriesgaba a perder el acceso a casi 6.000 millones si no se desbloquea­ba todo antes de final de año. Bruselas, sin embargo, ha condiciona­do todo desembolso al cumplimien­to de 27 superhitos especiales. Simultánea­mente, además, La Comisión ha recomendad­o a los ministros que congelen hasta 7.500 millones de euros de Fondos de Cohesión, al activar por primera vez el Mecanismo de Estado de Derecho, que permite hacer precisamen­te eso cuando un Estado incumple sistemátic­amente las normas.

El Ecofin debía decidir este martes si cortar los fondos, y ha decidido no hacerlo. La fórmula escogida es un parche, un truco para ganar tiempo y quizás abaratar la factura. Los ministros le han pedido a la Comisión Europea que haga una segunda evaluación actualizad­a. Sostiene Budapest que desde la fecha de corte que usó la Comisión se han producido avances reales. Y creen que si se actualiza a fecha de esta semana, se podría, para empezar, rebajar la cuantía de los fondos a congelar, que bajaría de los 7.500 que se han identifica­do hasta el momento.

Una vez que se haga ese informe, probableme­nte esta misma semana, los ministros deberían valorarlo. Lo previsible es que Orban siga diciendo que es desproporc­ionado y excesivo, por lo que la pelota quedaría en el tejado del Consejo Europeo, de los jefes de Estado y de Gobierno, que se ven en Bruselas el 14 y 15 de este mismo mes. Quizás otro Ecofin sea muy justo pero se está estudiando y lo más probable sería una videoconfe­rencia. Hasta que eso ocurra, en todo caso, Hungría mantiene su veto sobre los 18.000 millones para Ucrania y el tipo común para el gravamen de multinacio­nales.

Orban tiene tres razones para ello, sobre todo lo que afecta a Kiev, que

 ?? ?? El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, saluda a su homólogo alemán, Christian Lindner, ayer antes del Ecofin.
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, saluda a su homólogo alemán, Christian Lindner, ayer antes del Ecofin.

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